Los Raiders convirtieron al primer partido de los Chargers sin Justin Herbert en un auténtico infierno. Aunque ya se sabía que sería difícil, el equipo de Los Ángeles ofreció uno de sus peores partidos en los últimos años al caer 63-21 ante unos Raiders que aprovecharon todas y cada una de sus oportunidades. La displicencia de los Cargadores hicieron ver a los Malosos como un equipo contendiente a todo, pero ya se sabe que en la NFL, a veces, nada es lo que parece.
Los Raiders vivieron una auténtica fiesta en Las Vegas para mantener encendida la velita de un eventual pase a los playoffs, por más difícil que parezca. El mariscal de campo Aidan O’Connell tuvo su mejor partido como profesional al completar 20 de 34 envíos, para un total de 248 yardas y cuatro pases de touchdown.
El receptor Davante Adams se apuntó a la paliza al ser el líder en yardas, con 113, además de anotar un touchdown. El novato Tre Tucker también brilló con dos recepciones de touchdown. mientras que Jacobi Meyers recibió uno y pasó otro, en una jugada de engaño. Los Malosos también facturaron por tierra, con anotaciones de White y Bolden.
Los Chargers no compitieron en ningún momento
Los Chargers tuvieron una noche para el olvido ante los Raiders. El quarterback Easton Stick perdió tres balones, dos fumbles y una intercepción, sus pérdidas representaron dos anotaciones de la defensiva de los malosos, para firmar una velada redonda. Solo touchdowns de Palmer, Erickson y Johnston evitaron la blanqueada. La derrota de los Cargadores pone en serio predicamento al entrenador en jefe Brandon Staley, quien ya estaba en la cuerda floja.
Cabe mencionar que este marcador representó un resultado histórico para Las Vegas Raiders, pues ha sido el partido en el que más puntos ha convertido en su historia.
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