Conocida mundialmente como la “Ciudad del Pecado”, como si en el puro sobrenombre llevara la provocación, Las Vegas es lo más parecido a un misterio sin resolver. Lo mismo es un oasis en medio del desierto, una Torre Eiffel en el exilio, un triángulo de las bermudas para los días de desenfreno, el cielo para unos y el infierno para otros, una luna hecha con más de 160 millones de píxeles, y ahora también la sede del Super Bowl LVIII.
El encuentro de dos conceptos tan poderosos como lo son el Super Bowl y Las Vegas, pronostica una explosión comercial sin precedentes, y una derrama económica de hasta 600 millones de dólares. Uno de los mayores eventos deportivos del mundo en la capital del entretenimiento.
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Expertos aseguran que este será la edición más lucrativa de la historia, no sólo por el tema de patrocinios, uno de los puntos fuertes del Super Bowl, evento en el que se ha llegado a pagar hasta 7 millones de dólares por anuncios de 30 segundos, sino por lo que representa Las Vegas, en paquete, el “Disney” de los adultos, con infinitas actividades a realizar, donde el azar de los casinos y la adrenalina de las apuestas complementan la experiencia que la NFL monta alrededor del juego más importante de la temporada.
El Allegiant Stadium, recinto inaugurado en el 2020 y que tuvo una inversión de poco más mil 800 millones de dólares, supone un atractivo extra, como una de las grandes edificaciones que dan vida al conocido Strip, donde el lujo de los hoteles y las luces de neón de los casinos dan la bienvenida a los turistas que llegan en busca de diversión. La experiencia de visitar el inmueble va acorde a la tradición de la capital del entretenimiento, donde el despilfarro supone parte del propio pecado: entre más, mejor.
Como en cada Super Bowl, los fanáticos, y hasta los no tan fanáticos, pagan precios exagerados dicho evento. No solo por las entradas, las cuales llegaron a superar el millón de pesos en la reventa, sino también en cuestión de alojamiento, donde los costos de los hoteles llegan a triplicarse cuando se trata de eventos de primer nivel, como las peleas de boxeo en septiembre o la Fórmula Uno.
En Ticketmaster de Estados Unidos, un día después de definirse el duelo entre Chiefs y 49ers, los precios de los boletos iban de los 8,333 dólares (138 mil pesos) a los 50 mil dólares (861 mil pesos), pero en los distintos sistemas digitales de reventa legal, como StubHub, los precios superan hoy el millón de pesos.
“Es el Super Bowl más caro de la historia, para asistir. El Allegiant es el estadio más caro de los 32 equipos de NFL. Por poner un ejemplo, en un partido de temporada regular, te gastas por cuatro personas un aproximado de mil 300 dólares, con boleto, estacionamiento, dos cervezas, dos refrescos y cuatro hot dogs. El más barato es Atlanta, que te gastas por lo mismo 290 dólares, es abismal”, explicó Javier Balseca, experto en marketing deportivo, en plática con ESTO.
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“Desde los boletos que ya están agotados, y los que están en reventa autorizada. Es increíble lo que está generando este Super Bowl, y ya si deportivamente nos encontramos un buen juego, pues mucho mejor, porque el estadio se presta y la ciudad se va a prestar”, agregó.
Así como el concepto de “Ciudad del Pecado” ejemplifica el ánimo festivo de la zona, está la frase de “lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”, a modo de indulto, lo cierto es que en los últimos años la ciudad ha buscado diversificarse, sin perder su esencia. Por sus calles aún se escucha el eco de las canciones de ídolos como Elvis Presley o Frank Sinatra; sin embargo, el bullicio de los inmuebles, con el vértigo que solo genera el deporte, cada vez es mayor.
“Estados Unidos es el amo y señor del sports marketing, y en Las Vegas aprendieron bien. La ciudad se empezó a transformar hace 10 años y decidió hacer un destino para todos los gustos. Esa visión de la gente de Nevada, al ser la capital del entretenimiento, de diversificar los deportes; lo único que tenían eran las peleas de boxeo, y a partir de eso hicieron en el estudio y vieron la derrama económica de un evento cada mes”, abundó Balseca.
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Y es que con el paso de los años se hizo costumbre que las grandes peleas de boxeo, las de bolsas millonarias y de lucrativos contratos en el PPV, se celebraran en sus hoteles, como una alternativa a todos aquellos turistas ávidos de emociones fuertes. La oferta de hoy en día ofrece partidos de futbol americano, con los Raiders; de hockey, con los Golden Knights; de futbol, peleas de artes marciales mixtas y hasta Fórmula Uno. En los próximos años se sumará la MLB, con los Athletics, y hay una fuerte intención de llevar una franquicia de NBA.
Vas a Las Vegas y siempre hay gente, es como Disney pero de adultos, sea calor, sea el spring break, sea una watch party, sea una fiesta, siempre hay gente. Antes, los turistas buscaban paquetes de entretenimiento de jueves a domingo, ahora ya los busca toda la semana
Javier Balseca, experto en marketing deportivo
La Ciudad del Pecado
Por pecado se entiende a todo aquello que transgrede lo que es debido. Por años, Las Vegas fue concebido como un destino oscuro en el que la mafia hacía y deshacía, motivada por las grandes sumas de dinero que se manejan en la ciudad. Muchas de esas historias incluso se encuentran ejemplificadas en el Museo de la Mafia, ubicado ahí, casi a modo de homenaje.
Las apuestas, por mucho tiempo mal vistas en el deporte, por la tentación que supone amañar un resultado con oscuros intereses, también son parte importante de la ciudad.
Los casinos de Las Vegas mandan señales al mundo sobre lo que es y lo que podría ser. Esa línea tan delgada. A partir de entonces comienza la especulación de quienes están dispuestos a perderlo todo, con tal de ganar.
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“Hace aproximadamente tres años el tema de las apuestas dio un giro totalmente. No dimensionamos el dineral que se pone en los sportsbook de Las Vegas, cada hotel, por lo menos, tiene un sportsbook, es impresionante. De hecho, MGM es patrocinador de Raiders, así como muchas otras casas de apuestas tienen su equipo local, lo que pagan en ese patrocinio lo recuperan en tres o cuatro semanas de juego, es impresionante lo que generan. No dimensionamos el monto que se mueve de apuestas y casinos, puntualmente del Super Bowl”, analizó Balseca.
El ocio ha llegado al tal grado que los apostadores confían su suerte a hechos en teoría insignificantes como el resultado del volado, el color de la bebida energética, la duración del himno, entre otras particularidades.
Como si la NFL hubiera alineado los astros, al lujo de Las Vegas y brillo del Super Bowl se ha sumado el factor Taylor Swift. La relación de la estrella del pop estadounidense con Travis Kelce, ala cerrada de los Chiefs, ha desatado un fenómeno curioso, donde un público que antes dedicaba los domingos a otras actividades, ahora voltea a ver el futbol americano, un mercado emergente que aprovechará las luces del Super Domingo para magnificar sus alcances.
El surgimiento de figuras jóvenes también ha rendido frutos. Con Tom Brady en el retiro, Patrick Mahomes ha tomado la estafeta como el quarterback que lo puede todo, con la posibilidad de ganar su tercer Super Bowl.
Enfrente tendrá otro fenómeno mediático como Brock Purdy, última selección del draft del 2022. El mariscal de campo de los 49ers representa la narrativa de lo impredecible, la historia del chico común que logra superarse. Todos estos factores convergen en el monstruoso producto final llamado NFL.
“Hay gente que solo quiere ir a Kansas City solo por el hecho de ver a Taylor Swift en un palco, es un morbo adicional. Ahora el mercado femenino que no te veía, ya te ve. El fenómeno de quarterbacks jóvenes y ahora el público femenino, con un monstruo femenino, que está ligada a la NFL, de alguna manera, está desbloqueando lo que muchas ligas quieren, el mercado joven”, explicó el especialista.
