Tom Brady tiene 41 años, Jared Goff 24. El mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra disputará su noveno Super Bowl, el de los Carneros su primero.
Brady jugará su partido 40 en postemporada, Goff apenas su cuarto. Las comparaciones entre ambos quarterbacks de cara al “Super Domingo” no paran y viéndolas detenidamente resultan abrumadoras; sin embargo, la magia del deporte depara una consigna irrefutable: dentro del emparrillado cualquier cosa puede pasar por muy favorito que sea un equipo.
Tom, el joven maravilla
Tom Brady llegó a la NFL en el año 2000 tras ser seleccionado en la sexta ronda del draft por los Patriotas de Nueva Inglaterra.
De manera inexplicable, los cazatalentos no tenían muchas expectativas sobre su juego, sin embargo Brady estaba seguro de sus cualidades y aguardó la oportunidad, misma que llegó en su segunda temporada, luego de una lesión del mariscal de campo titular Drew Bledsoe.
El joven Tom fue de menos a más hasta convertirse en un quarterback confiable. De su mano, los Patriotas ganaron 11 de 14 partidos y lograron meterse al Super Bowl XXXVI, donde derrotaron a los Carneros con una gran actuación de Brady, la cual le valió ser el MVP.
Imaginar que ese Super Bowl sería el comienzo de una de las carreras más espectaculares en la historia del deporte era imposible; sin embargo, Tom Brady comprendió a la perfección cada pieza del esquema de Bill Belichick, su mentor, y de ahí no hizo más que crecer cada día, hasta convertirse en leyenda.
Tras aquel triunfo ante los Carneros, Brady ha ganado cuatro Super Bowls más a lo largo de su carrera. Panteras, Águilas, Halcones Marinos y Halcones han sido sus víctimas, mientras que los Gigantes de Nueva York en dos ocasiones y las Águilas milagrosas de Nick Foles, han sido sus verdugos.
Brady, con 41 años, buscará ante Los Ángeles, el próximo 3 de febrero, en Atlanta, ganar su sexto anillo, el cual lo convertiría en el jugador más ganador en la
historia de la NFL.
Goff, la frescura de los Rams
A diferencia de Tom Brady, quien llegó a la NFL sin tantos reflectores, Jared Goff lo hizo con todas las miradas puestas sobre él. El mariscal de campo fue la primera selección global del Draft del 2016. Los Carneros, hundidos en una mala racha larguísima, confiaron en sus cualidades y lo eligieron con la intención de convertirlo en su quarterback franquicia.
Sus números en el colegial, con los Golden Bears de California, hablaban de un mariscal de campo serio, con un potencial enorme, así que el nuevo equipo de Los Ángeles no dudó ni un segundo en integrarlo a sus filas y hoy demuestran que no se equivocaron.
Víctima del entorno de los Carneros, quienes no lograban encontrar el rumbo, el mariscal de campo se vio perdido en su primera temporada.
Goff tan sólo disputó ocho partidos, de los cuales ganó uno y perdió siete. Sus números fueron para llorar. Lanzó apenas cinco pases de anotación por siete intercepciones. Desde luego, las críticas comenzaron a llegar y las dudas sobre su futuro en la NFL estaban más vivas que nunca.
La llegada del entrenador en jefe Sean McVay para la temporada 2017 representó una bocanada de aire para Jared Goff. La juventud del coach revolucionó el ataque de los Carneros y el mariscal de campo fue el mayor beneficiado. Jared se apoderó del puesto titular y de su mano Los Ángeles ganaron 11 partidos y se metieron a la postemporada, donde finalmente cayeron ante Atlanta en la ronda de comodines