Si aún quedaban dudas de que Red Bull tomó una buena decisión al firmar a Sergio Pérez, en el Gran Premio de Francia se disiparon. El piloto mexicano se apuntó su segundo podio de la temporada tras culminar tercero en una pista que tradicionalmente domina Mercedes. La victoria se la llevó Max Verstappen.
Checo nuevamente dio cátedra de cómo cuidar los neumáticos, ingresó a los boxes después de los dos pilotos de la escudería alemana y su compañero neerlandés, a pesar de la gran diferencia de tiempo, con el paso de las vueltas le recortó tiempo a los líderes hasta que a cuatro giros del final superó a Valtteri Bottas.
El tapatío pasó la mayor parte de la competencia en la cuarta plaza, pero con gala de paciencia sumada a la estrategia exitosa de su equipo consiguió bañarse en champagne por décima segunda ocasión en su carrera.
Red Bull sorprendió a sus rivales, en el Circuit Paul Ricard se acostumbra una parada en boxes; sin embargo, mandaron dos veces al actual líder del campeonato, la desventaja marcó más de 15 segundos a 14 vueltas del final; sin embargo, los neumáticos medianos le dieron un mayor rendimiento a Verstappen conforme se fueron calentando.
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Bottas trató de resistir al holandés, pero poco pudo hacer, quedó mano a mano con Hamilton en la recta final y a un giro de que todo culminara, terminó. La amenaza del equipo austríaco es seria, le dio un golpe a Mercedes en una de sus pistas favoritas.
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