Para la gran mayoría, la palabra Maverick nos remite a aquel fastback que nació a finales de los sesenta y que fue muy popular en nuestro territorio. Hoy, 44 años después de que el último Maverick con estas características saliera de la línea de ensamble, Ford revivió esa icónica denominación en un formato completamente distinto al del original: en una pickup.
Estéticamente no es una camioneta que busque verse robusta o salvaje, sino más bien refinada y hasta elegante, pero sin dejar de ser poderosa y que te permite llegar más lejos si es que eres fanático de la aventura. De esta forma encontramos en la parte frontal una parrilla con personalidad propia que se complementa con un par de enormes faros principales en los costados.
Todo el contorno cuenta con una moldura plástica que sirve para proteger la carrocería de la gravilla y la terracería, la cual está apoyada sobre un juego de rines de aluminio de 18 pulgadas.
El interior también luce moderno y hasta cierto punto un tanto retro, el cual resulta bastante cómodo, con una postura de manejo elevada que te permite ver todo el panorama. Desde el asiento de conductor es fácil darse cuenta del trabajo de Ford por los detalles como el tablero, cuyo diseño es suave y en el que las salidas del aire acondicionado de los extremos, unidos por una moldura, le dan un toque retro-futurista.
Lo mismo sucede con los paneles de las puertas, con formas voluminosas como los espacios donde se acomodan las bocinas, así como de las enormes jaladeras. Detrás del volante vive un panel de instrumentos digital de 6.5 pulgadas la cual arroja la información más importante de cada viaje. Al centro del tablero se encuentra una pantalla táctil a color de 8 pulgadas, la cual ofrece conectividad Apple CarPlay y Android Auto.
Justo por debajo de ella, pasando la zona de las salidas de aire centrales, encontramos el cuadro de mandos para el aire acondicionado automático de doble zona, mientras que en la consola central, además de algunos compartimientos de almacenamiento y un cargador inalámbrico para teléfonos inteligentes, destaca una perilla giratoria la cual activa la transmisión.
En general, un habitáculo con excelentes proporciones, ensambles y materiales de gran calidad y con todos sus elementos bien integrados, características que distinguen a un vehículo hecho en México, pues recordemos que la Maverick es ensamblada en la fábrica de Ford ubicada en Hermosillo, Sonora.
LA PRUEBA
En movimiento su manejo es confortable e inclusive por momentos parece que estamos a bordo de una SUV y no de una pickup. Su andar es silencioso mientras que la suspensión hace un trabajo excelente al absorber las irregularidades del asfalto; además de contener el balanceo de la carrocería en los cambios de dirección.
Parte de su buena agilidad es responsabilidad del motor EcoBoost de cuatro cilindros de 2.0 litros turbocargado que la impulsa pues los 250 caballos de fuerza y las 277 libras-pie de torque son más que solventes para que se mueva con mucha energía y soltura.
La otra parte de este buen desempeño tiene que ver con la transmisión automática de 8 velocidades, la cual saca lo mejor del propulsor en prácticamente cualquier régimen de revoluciones por minuto. Además, el tren motriz cuenta con cinco modos de manejo: Normal, Sport, Eco, Remolque/Arrastre y Lluvia/Resbaladizo, los cuales ajustan la electrónica de sus componentes y regula la entrega de torque a las cuatro ruedas gracias al sistema de tracción integral AWD.
Con estas cartas fuertes de presentación, la nueva Ford Maverick ofrece lo mejor de dos mundos: por un lado la versatilidad para el trabajo gracias a sus dimensiones, capacidades de carga y arrastre; y por el otro, la tecnología y el confort de un vehículo para el día a día.
Ficha Técnica
- Motor TurboEcoBoost® de 2.0L
- Potencia 250 Hp
- Torque 277 libras pie
- Transmisión automática de 8 vel.
PRECIO Y VERSIÓN
- Lariat $750,000
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