Desde que el motor turbocargado de Mazda debutará en la Mazda CX-9, no ha pasado mucho tiempo para que esta tecnología, que ofrece un mejor desempeño y menores consumos de combustible, comenzara a heredarse a otros productos dentro de su portafolio de productos, en los que el Mazda 6, CX-5 y recientemente, el Mazda 3, ya gozan de estos beneficios.
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Ahora tocó el turno de la CX-30, un SUV que, desde su lanzamiento en nuestro mercado, ha cobrado mucha popularidad por su atractivo diseño, calidad de manufactura, espacio interior y tecnología, además de ser orgullosamente hecha en México, en el complejo industrial que Mazda tiene en Salamanca, Guanajuato.
Estéticamente no necesita alardear que bajo su carrocería se encuentra un bloque turbocargado, lo luce imponente con su precioso color polymetal gray que viste o los rines de aleación de 18 pulgadas que calza.
Al levantar el cofre, encontramos un propulsor de cuatro cilindros de 2.5 litros turbo, que genera 227 caballos de fuerza y 310 libras-pie de torque al eje delantero, acoplado a una transmisión automática de seis velocidades, con modo manual; es decir, 41 hp y 124 libras-pie de torque más que el motor atmosférico de las otras variantes, y esa es la clave, el mayor empuje.
Del mismo modo que sucedió con el Mazda 3 turbo, para la CX-30 S Grand Turing fue necesario realizar algunas modificaciones al bloque, esto para mejorar la refrigeración del motor y del turbocompresor, así como ligeros ajustes en la suspensión para controlar la dinámica del vehículo.
En acción
Una vez que nos acomodamos en el asiento del conductor, presionamos el botón de encendido y nos pusimos en movimiento, el cambio es notable. La entrega de las 310 libras-pie del motor aparecen de forma inmediata, desde las dos mil rpm, lo que se traduce en una fuerza sinigual que se mantiene lineal hasta que llega el nuevo cambio de velocidad.
La suspensión juega en su favor al ser ligeramente más rígida, evita los balanceos bruscos al entrar a las curvas; algo que definitivamente pudimos experimentar en nuestra prueba de manejo, por la autopista de Amecameca en dirección a Morelos.
Además, cuenta con un botón Sport, el cual modifica la puesta a punto de la transmisión, prolongando un poco más el cambio de velocidad, y dándole un comportamiento más deportivo.
Lo único que extrañamos fue la instalación de las paletas de cambio detrás del volante, sin embargo, el interior no deja de sorprender por el ambiente premium que se respira en el interior gracias a los elementos y acabados que lo integran, como por ejemplo, los asientos con ajuste eléctrico y forrados en piel, o la pantalla táctil y a color de 8 pulgadas del sistema de infoentretenimiento, con conectividad Apple CarPlay y Android Auto.
Definitivamente la CX-30 turbo es una propuesta para quienes buscan un vehículo familiar, pero con una dinámica de manejo más enérgica.
Lo único que extrañamos fue la instalación de las paletas de cambio detrás del volante, sin embargo, el interior no deja de sorprender por el ambiente premium que se respira en el interior gracias a los elementos y acabados que lo integran, como por ejemplo, los asientos con ajuste eléctrico y forrados en piel, o la pantalla táctil y a color de 8 pulgadas del sistema de infoentretenimiento, con conectividad Apple CarPlay y Android Auto.
Definitivamente la CX-30 turbo es una propuesta para quienes buscan un vehículo familiar, pero con una dinámica de manejo más enérgica.
Ficha Técnica
- Motor 2.5L SKYACTIV-G
- Potencia 227 Hp
- Torque 310 Lb-pie
- Transmisión Automática 6 vel.
Precio desde $ 546,900
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