Cada vez son más quienes se sienten atraídos por el mundo del boxeo. Ya sea como una moda o como una filosofía de vida, el número de interesados por este deporte ha aumentado considerablemente en los últimos años.
Algunas de las nuevas variantes como el fitboxing, una disciplina sin contactos y por equipos que cuenta cada vez con un mayor número de adeptos; o el kick boxing, que combina los golpes al saco y la música, atraen a muchos centennials y millennials.
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Por supuesto, sin hacer a un lado los campeonatos homologados por los distintos organismos que regulan este deporte.
Este deporte no entiende de razas, edades o sexos
Mujeres y hombres, adultos y jóvenes, se suman a esta experiencia que ofertan escuelas profesionales y polideportivos, dado que este deporte no entiende de razas, edades o sexos.
Encasillado, pero terapéutico
Si bien es cierto que socialmente suele estar encasillado y que arrastra aún la etiqueta de machista por todo el espectáculo que le rodea de mujeres semidesnudas que portean los carteles en cada asalto, también es un hecho que muchos proyectos sociales con jóvenes en exclusión se han valido del boxeo y de sus valores deportivos para sacar adelante a jóvenes con un futuro incierto.
El boxeo enseña disciplina, sacrificio, trabajo en equipo, respeto y saber marcarse objetivos
El boxeo enseña disciplina, sacrificio, trabajo en equipo, respeto y saber marcarse objetivos consiguiendo alejar a muchos adolescentes de la delincuencia y del mundo de la droga. Incluso algunos especialistas lo recomiendan para corregir ciertos problemas de comportamiento y autoestima.
El boxeo también se ha relacionado con buenas causas, como las que lleva a cabo el español Javier García Roche, más conocido como el “Rey Chatarrero” quien, ya retirado, continúa su lucha fuera del ring en la defensa animal.
En su página web atiende denuncias de casos de maltrato animal y junto a los compañeros de su club de boxeo acude a diferentes actos de protesta en pro de esta causa.
En lugares de gran pobreza, como en algunas zonas de Filipinas, el boxeo es un medio para salir adelante. Numerosas escuelas se dedican a formar a los campeones del futuro y muchas familias depositan todas sus esperanzas en el deportista de la casa.
En América se vive con pasión
Pese a que en algunos países no es tan popular, el boxeo es muy reconocido en países como Estados Unidos, donde surgió el boxeo moderno en el siglo XIX, o en México, donde cuenta con una gran cantera de campeones y una gran afición.
Saúl “Canelo” Álvarez, de Guadalajara, es el actual campeón mundial unificado absoluto de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB/WBC), el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y la Federación Internacional de Boxeo (IBF) en el peso supermediano.
Mauricio Lara está considerado el mejor peso pluma activo del mundo, campeón de esta categoría de WBC, y Juan Francisco Estrada, titular del cinturón mundial del peso supermosca de la WBC.
Y aunque pueda parecer que la pasión de Argentina es el fútbol, resulta que ahí también disfrutan con cierta intensidad del boxeo gracias a figuras como Carlos Monzón, Nicolino Locche, Sergio “Maravilla” Martínez y otros muchos.
Algo parecido a lo que sucede en Cuba donde esta actividad es cultura más que deporte. Infinidad de campeonatos dan fe de esta tradición histórica en la isla, además de demostrar su valía en los Juegos Olímpicos.
Un caso curioso
El español Jerónimo Merino parece ser una excepción que marca la regla en el mundo del box. Licenciado en periodismo, a diferencia de otros boxeadores, tiene además planta de modelo.
Descubrió su pasión por el boxeo tarde, pero nunca lo suficiente. Su idilio con el pugilismo comenzó sin buscarlo, como los mejores amores. Llegó a su vida casi por casualidad y ahí supo que lo suyo sería para siempre.
“Casualmente en un gimnasio de barrio sacaron unos guantes de boxeo hace unos 15 años y probé, pero a nivel básico. Me gustó tanto, que luego me apunté a una escuela de boxeo con mi hermano, a modo de entrenamiento”, comenta.
Al tratarse de un deporte de contacto, los golpes en el boxeo son inevitables, y eso hace que resulte violento para quienes no lo conocen. La cuestión es que no todo vale, existen unas normas a respetar si no quieres que te descalifiquen, además de usar protecciones; pero los prejuicios son algo común que siempre han acompañado a esta práctica deportiva.
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El hecho de que los medios de comunicación hicieran asociaciones negativas del mismo o que únicamente se hablase de deportistas conflictivos y no de los valores de la disciplina, no ha ayudado a visualizarlo de manera digna.
Para evitar ese concepto equivocado de agresividad, a los niños se les inicia de manera divertida. En la actualidad, perfiles muy diferentes se dan citas en los gimnasios para practicar juntos en una clase de boxeo aficionado.