A punto de que la cuadrilla del maestro Enrique Ponce regresará a España, el diestro que ejecutó una faena sublime que le convirtió en el triunfador de la tercera corrida en la Temporada Grande en la Plaza México al cortar dos orejas para cuajar en el marco de su XXV Aniversario de confirmación de doctorado en el máximo escenario del país, un trasteo inolvidable, conversó en exclusiva con ESTO.
Habiendo dado a conocer que sus honorarios por la corrida serían donados a beneficio de los damnificados por los sismos del 19S, y que torearía con el alma para darle una alegría a los deudos de las víctimas, la tarde para él, estuvo cargada de compromiso. A pesar de sus afanes por obtener el triunfo, el panorama se complicó en el lote ordinario.
Por ello, ante la petición unánime del público, optó por regalar un astado de la ganadería Teófilo Gómez que le cambió el rumbo a la tarde.
“SÍ, en efecto, la tarde tuvo una carga emocional fuerte para mí. Además, empezó accidentada, porque mi primer toro saltó al callejón y se quedó empotrado en un burladero y se dañó. Lo toreé lento pero por la lesiones, se caía, fue un pena ya que tenía clase y pudo haber servido para hacer una gran faena. Con el segundo de mi lote, puse mucho de mi parte para torearlo porque fue muy sosos y con la cara arriba. La faena tuvo merito porque logre la transmisión que el toro no tenía. Y si cae de inmediato le habría cortado dos orejas”.
Y el coleta agregó: “Como la gente me pedía a gritos que regalara un toro, aunque yo no lo tenía pensado, decidí hacerlo. Cuando levanté el dedo para anunciarlo, fue impresionante el estallido de la plaza, me conmovió ese rugido”.
Entró a su impresión de la faena: “En ese toro estaba el triunfo. Toreé con abandono y me transporté a otra dimensión. Esa sensibilidad que tiene la Plaza México es única. En ese pasaje donde la gente le pedía a gritos al presidente que me diera el rabo, aun ahora, me pone los vellos de punta”.
Y comentó: “No soy quien para decir que debe hacer el presidente de la corrida pero un rabo siempre cuenta. Estoy feliz porque lo mejor de la noche fue ese toreo en el que me dormí en la embestida y relanticé en esos naturales con belleza. Fue una tarde para el recuerdo. No se puede pedir más”.
Finalmente aseguró: “Soy el torero español que más tardes ha toreado en la Plaza México y es maravilloso que aun se mantenga el idilio. Al cumplir estas bodas de plata me quedé con el corazón de la Plaza México. Me alegra ser un torero tan querido y que los aficionados me disfruten y vibren con mi tauromaquia. Agradezco tanto cariño recibido por ese tuve el gesto de donarle a este país, no sólo en dinero, sino en mi toreo, se lo di a México con mi alma. Ayer fue mi prueba de amor hacia México”, dijo.
Por otra parte, adelantó que 2018 toreará en la provincia mexicana entre ocho y diez corridas; además de una fecha que tiene pendiente en la Plaza México para el 4 o 5 de febrero. Y desde luego, realizará una temporada europea de categoría.
“Estoy ilusionado y fuerte para poder mantener este nivel de toreo. Quiero hacer otra gran temporada en Europa y América porque aun tengo mucho que dar. Me quiero abrir al resto de México. Espero una gran campaña para el próximo año, esperando que los toros nos ayuden y nos respeten”. Remató.