Atlas está tocado con una varita mágica, todo les sale. El juego de ida de la final pudo ser empate o incluso un triunfo para los Tuzos, pero Camilo Vargas sacó todo, el poste les volvió a echar una mano y luego Julián Quiñones pudo perder tres veces el balón, pero todos los rebotes le favorecieron para poner el 2-0.
El marcador luce letal, definitivo para que los Zorros se conviertan en el tercer bicampeón en la historia de los torneos cortos. Pachuca posee calidad para revertir el marcador, sin embargo, Atlas tiene a la fortuna de su lado. El domingo en el estadio Hidalgo es el desenlace.
Los Zorros tienen un futbol robotizado, todos saben qué hacer, es en automático, los rojinegros pueden estar a ciegas y no pasa nada. Lo más frustrante para sus rivales es que saben cómo van a jugar los rojinegros y siempre caen en la misma trampa.
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Luis Reyes ha sido el as bajo la manga de Diego Cocca, el Hueso dejó su posición de lateral izquierdo y a partir del juego contra Tigres juega más adelante. Luis es un dolor de cabeza para los defensas, nadie sabe en qué momento el Hueso va a hacer una pared o a meterse en el área.
Esa fue la fórmula para batir a Oscar Ustari, Reyes apareció de sorpresa en el área y con la cabeza cazó un centro preciso de Javier Abella para superar al portero argentino. Los defensas Tuzos nunca vieron a Luis.
Pachuca no se rindió tan fácil, la respuesta de los hidalguenses fue furiosa, pero en ese momento apareció la figura de Camilo.
Kevin Álvarez tuvo la ocasión más clara, el lateral derecho se encontró un balón en el área, Kevin le metió toda la potencia que pudo a su disparo, pero fue directo a la posición de Vargas, el cafetalero rechazó el balón y siguió como si nada.
Pachuca lo intentó por segunda ocasión, Víctor Guzmán remató en el corazón del área, el balón iba a la red, pero Camilo volvió a interponerse. Las atajadas del cancerbero fueron vitoreadas por el estadio.
Atlas entró al vestidor con la ventaja, pero Pachuca dio esbozos de que no iba a rendirse. Los Tuzos lo volvieron a intentar, pero el poste fue su aliado otra vez, Nico Ibáñez le pegó de media vuelta a un balón en el área, la ráfaga superó a Vargas, pero pegó en el travesaño.
Guillermo Almada metió a Fernando Navarro, la movilidad del antes jugador del León le ayudó a los Tuzos para abrir más espacios. El empate se sintió en el ambiente.
Los roces llegaron, nunca pueden faltar en una final, el primer cartón amarillo fue para Aníbal Chalá por una dura entrada contra Kevin Alvarez, la plancha pudo ameritar una tarjeta más subida de tono.
Aldo Rocha y Gustavo Cabral se enfrascaron en una discusión y para separarlos Marco Ortiz amonestó a los dos. Pachuca se les fue encima a los Zorros, el cuadro Tuzo mereció un más, pero nunca pudieron meter el gol.
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El tiempo estaba por concluir, pero en ese instante Julián Quiñones peleó el balón y entre fortuna y empujones le quedó el esférico frente a Ustari para poner el 2-0 que los acerca a un nuevo título.
Publicado originalmente en ESTO