Diez minutos de inspiración, de despegue, de locura, de un Atlético de Madrid hasta ese momento claramente superado, llevaron al equipo rojiblanco a la victoria ante el Barcelona (2-3) y a la final de la Supercopa.
No habrá clásico en la final. Sí derbi. Después de un choque con un tramo final loco que contempló el emerger de un equipo que hasta ese momento parecía desangelado, sin recursos. En manos de un rival superior liderado por una gran versión de Messi y que se estrelló con un inmenso Oblak.
Fue el portero esloveno el que sostuvo al cuadro rojiblanco. Evitó otra vez un sinnúmero de ocasiones que pudieron provocar un mayúsculo triunfo azulgrana. Pero al final, el cuadro de Diego Pablo Simeone recuperó la esencia. No fue tarde. Bastó y achicó en los últimos minutos a un adversario en evidencia.
Los goles de Álvaro Morata y Correa, que dieron un gran giro a la situación en apenas unos minutos, premian al Cholo. Es el tercer triunfo del argentino contra el barcelona, en veintisiete encuentros, hasta ahora resignado a salir malparado de cada cita con el conjunto azulgrana.
Hasta el tramo final, el partido era la ley de Leo Messi. Pero el destino evitó el clásico e impuso un derbi por el título entre el Atlético y el Real Madrid.
El argentino, en la primera que tuvo, igualó el partido. El '10' azulgrana aprovechó la fragilidad en la acción de Koke y Savic para ejecutar un disparo con la derecha que superó a Oblak.
En pleno entusiasmo azulgrana, Griezmann pudo desnivelar cuando encaró al portero rojiblanco, pero su vaselina fue adivinada por Oblak. Marcó Messi a continuación, pero el VAR anuló el gol por mano, igual que otro después a Piqué, por fuera de juego.
A la tercera sí subió al marcador. Ya no pudo hacer más el portero del Atlético, que frustró con una gran parada un cabezazo de Luis Suárez. El rechace fue a parar a Griezmann, que marcó.
Llegó la locura al final con un penalti de Neto a Álvaro Morata. El delantero lo transformó. Hubo otro después por una mano de Piqué que el VAR vio pero que el árbitro no interpretó como tal.
Pero quedaba el final, en una escapada de Correa tras un error azulgrana. Encaró a Neto, tiró mal, pero el rechace rebasó la raya para evitar el clásico y llevar la final del domingo hacia un derbi madrileño.