Madrid, España.- El Atlético de Madrid se rebeló contra los pronósticos en una auténtica muestra de determinación frente al Liverpool, al que venció 1-0 en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League.
Un único tanto, firmado por Saúl Ñíguez, bastó para agitar una eliminatoria tremenda frente al mejor equipo del momento, líder destacado de la Liga inglesa, con 25 triunfos y un empate, y que llegó a la cita con 14 partidos sin conocer la derrota, tras la que sufrió frente al Aston Villa, hace dos meses, en la Copa de la Liga inglesa.
El estadio Wanda Metropolitano, donde el Liverpool se proclamó campeón de la Champions League hace ocho meses, relanzó al Atlético de Madrid con una fuerza imprevista, no sólo capaz de repeler casi cada ataque del rival, sino de también derrotarlo con merecimiento.
Sin el balón casi siempre, el partido que planteó le salió prácticamente perfecto. Desde la puesta en escena. Ni siquiera en el mejor encuentro imaginado, el Atlético de Madrid habría anotado tan pronto como ayer. Con sólo 3 minutos y 46 segundos de juego, por medio de Saúl, quien empujó el balón frente al portero Alisson Becker, tras un tiro de esquina y un rechace hacia atrás por parte de Fabinho. Un dato en el área: había cuatro jugadores del Atlético listos para rematar ante ocho rivales para defender.
El Atlético de Madrid también fue mucho más incisivo cuando acertaba a salir de la presión contraria. De no ser por Alisson, por ejemplo, Álvaro Morata habría anotado el 2-0. Había una sensación de amenaza cada vez que el conjunto colchonero atacó.
No la demostró la ofensiva del Liverpool hasta el segundo tiempo, en el que arrinconó al Atlético. Pero hasta en ese tramo, en esos minutos de agobio, el Atlético Español se rehízo en cuanto alejó al conjunto inglés de su área, tanto como para que de nuevo fuera el partido que quería y como para disponer de una nueva ocasión clarísima que no aprovechó Morata.
Fue el último servicio del delantero, desfondado y sustituido por Vitolo para proseguir con la batalla que aún quedaba por delante, con Digo Costa reaparecido sobre el terreno de juego tres meses después de su operación, entre el filo del empate o del segundo gol del equipo local, que resurge rumbo a un duelo decisivo en el mítico estadio de Anfieldw, el 11 de marzo.