Barcelona, España.- Lionel Messi celebró con otra exhibición su partido número 700 como jugador del Barcelona. Dos asistencias y un tanto del capitán bastaron para doblegar 3-1 al Borussia de Dortmund y clasificar al equipo español a los octavos de final de la Champions League como líder del Grupo F.
No era un partido más para el delantero argentino. No sólo por lo que se jugaba su equipo, en espiral de dudas tras su inicio de temporada irregular, sino por alcanzar una cifra redonda con el club con el que debutó el 16 de octubre de 2004.
En su partido 700, Messi compartió ataque con Luis Suárez, su amigo inseparable dentro y fuera del terreno de juego; y Ousmane Dembélé, un invitado del argentino y quien dejó en el banco de suplentes a Antoine Griezmann.
Con el permiso Messi, el francés, con más ganas que solvencia en sus acciones, fue el más activo durante los primeros 26 minutos de juego. Ese fue el tiempo que duró en el césped. Otra lesión, la tercera en lo que va de temporada, lo obligó a dejar el césped descalzo, cabizbajo y llorando.
En su lugar entró Griezmann y el Barcelona tardó tres minutos en abrir el marcador, pero los protagonistas fueron Messi y Suárez, quienes en el minuto 22 ya se habían encontrado con un gol que el VAR le anuló correctamente al uruguayo.
En un equipo que pasa por un bache de juego, se han convertido en comodín para el técnico Ernesto Valverde. Con la recuperación de balón rápida y transición finalizada por una de las dos estrellas el Barcelona tiene suficiente para sobrevivir en la Liga española y en la Champions League.
Así llegó el primer gol. Messi tomó el balón tras un rebote y asistió a su amigo. Fue el servicio de gol número 31 en la Champions League. Aunque no fue el único de la noche para el argentino.
Cuatro minutos tardó en conectar de nuevo la pareja, aunque en el segundo tanto se intercambiaron los papeles. De Frankie de Jong recuperó el balón, conectó con Suárez y éste le dio el segundo al capitán.
Borussia Dortmund se convirtió en la víctima número 78 de los 87 equipos a los que Lionel Messi se ha enfrentado. O lo que es lo mismo: el argentino ha anotado ante el 89 por ciento de los rivales contra los que ha jugado.
En estos 700 partidos, el delantero ha anotado 613 goles. Con él en el campo, el Barcelona lo ha agradecido en los últimos 15 años. Su equipo ha ganado 495 encuentros, ha empatado 128 y ha perdido 77.
Frente al conjunto alemán, aún quedaba tiempo para que Messi diera la asistencia que sentenció el partido. Fue en el minuto 67, cuando condujo el balón hasta el medio campo y se inventó un pase profundo para Griezmann, quien no falló.
Barcelona sigue sin convencer, pero tiene a Messi, que, desde que debutó con 17 años de edad, en el clásico contra el Espanyol, tiene al alcance superar los registros de longevidad que todavía atesora Xavi Hernández, quien disputó 767 partidos con la playera culé.