El fantasma de la Selección Mexicana no se ha ido, sigue ahí. Pese a todo lo que se habló de revanchas y dejar en el pasado el 7-0, La Roja se plantó en Querétaro y le puso más Chile a la herida tricolor. Y aunque esta vez el descalabro fue en un amistoso, tal parece que los andinos tienen perfectamente tomada la medida de los verdes.
Ni con todos los convocados europeos de inicio, el combinado nacional pudo marcar diferencia. Poco fue lo que ofrecieron y a la visita le bastó con una jugada de un viejo conocido como Nicolás Castillo para sellar su triunfo.
Cero y van ocho para México ante un conjunto que va camino a ser su bestia negra, o mejor dicho, bestia roja.
EL JUEGO
Al margen de que fuera revancha o no, lo cierto es que México tenía que dar una actuación digna ante su gente. La Corregidora se vistió de gala y se pintó de verde en prácticamente todos sus rincones; solamente una pequeña mancha roja resaltaba entre las camisetas mexicanas.
Desde antes del silbatazo inicial, el nombre de Hirving Lozano fue coreado al unísono. El clamor popular llegó a los oídos de “Chucky”, quien tan pronto se hizo de la pelota, encaró a un par de zagueros andinos y remató desviado a puerta.
Si algo tuvo el equipo que diseñó Ferretti para encarar este amistoso fue la gran dosis de talento individual en sus atacantes, tal es el caso de Jesús Corona. El “Tecate” se animó a entrar por derecha, tirar un par de regates y sacar un fogonazo que besó la red por fuera. El Tricolor había empezado el juego con ganas y marcaba superioridad con respecto a su rival.
Sin embargo, pensar que La Roja no respondería era iluso. Arturo Vidal dio el ejemplo de ello al poner un pase filtrado con maestría. El “Rey” vio perfectamente el espacio entre el movimiento de Isla y los defensores verdes; filtró la bola, se cantaba el tanto andino, pero no, Mauricio falló de forma increíble y no hubo nada que lamentar.
A pesar de la respuesta chilena, México no desistió en su búsqueda por tener el protagonismo de las acciones. Lozano entendió su responsabilidad en el terreno de juego y como parte de ella, participó en la acción de mayor peligro. En tres cuartos de cancha, tocó con ventaja para Fabián. Marcó, a los tumbos, logró llegar hasta el área y plantarse con ventaja. Su tiro prometía entrar pegado al poste, más Brayan Cortés se encargó de evitarlo al recostar y meter un manotazo salvador para su causa.
Si Chile se había salvado con una atajada providencial de su arquero, el Tricolor no se quedaría atrás. Hugo González hizo lo propio al revolverse bajo sus tres postes para arrebatarle la anotación a Junior Fernandes.
Con buenas sensaciones, ambas escuadras se fueron al descanso. A este buen duelo solamente le faltaban los goles.
Los sudamericanos salieron dispuestos a hacerse del control del esférico. México aguantó paciente y volvió a ser el primero en tocar a la puerta. Raúl Jiménez anticipó a su marca y se levantó para rematar de cabeza. Cortés estaba fuera de su meta. La caprichosa no quiso bajar y se fue por encima.
Conforme pasaron los minutos, todo lo bueno que el enfrentamiento había ofrecido como ritmo, intensidad y llegadas, se diluyó. Las transiciones fueron más lentas, el juego se entrecortó por las patadas y las de peligro fueron a cuentagotas.
En ese inter, Chile se quedó a nada de ponerse al frente. Un centro a la olla de Mena fue ganado por Sagal. El delantero metió un testarazo picado, con sello de gol. Hugo González estiró la mano y la mandó a un lado. ¡Se salvó México!
En la respuesta, Jurgen Damm hizo gala de su velocidad para ganarle en el pique a sus marcadores. El mediocampista recibió una pelota marcada a su movimiento, pero su ejecución dentro del área nunca fue la correcta, ya que no pudo acomodarse la de gajos para patear con fuerza y desperdició una muy clara.
La catástrofe verde parecía llegar cuando Díaz había mandado el balón a guardar, aunque el asistente señaló un correcto fuera de lugar de Maripan y el tanto fue anulado.
La Roja fue mejor en el complemento y la justicia se hizo presente en el marcador. Desde la banca, Nicolás Castillo fue el héroe de la noche y en una jugada a dos tiempos, aprovechó un rebote concedido por Hugo González para conseguir el único gol de la noche.
México no pudo. No hubo revancha ni desquite. Chile se la volvió a aplicar.