Futbol, espectáculo y goles. Brasil pasó a cuartos de final de la Copa América tras arrollar a Perú por 5-0, en una tarde de gloria y amor entre la Canarinha y su torcida en Sao Paulo, y de corazones rotos para los peruanos.
Casemiro (11), Firmino (18), Everton (31), Dani Alves (53) y Willian (90) llevaron un ramillete de cinco goles a su amada hinchada, que le había sido esquiva en este torneo.
Perú, que empezó intenso y con ganas de sorprender a la anfitriona, se resquebrajó a partir del segundo gol, anotado por Firmino que aprovechó una falla del portero Pedro Gallese.
De allí en adelante, sólo fue desorden y lágrima, y su ilusión se fue, gota a gota, con la tarde paulista en el Arena Corinthians de Sao Paulo.
Con este resultado, Brasil avanza como líder del Grupo A a los cuartos de final de la Copa América, seguida por Venezuela, mientras que Perú quedará esperando a si consigue avanzar como uno de los dos mejores terceros de la primera fase.
El pueblo pide a Everton
Cumpliendo su palabra de gol, Tite alineó desde el arranque con Everton y Gabriel Jesús en la ofensiva, en reemplazo de David Neres y Richarlison, que no tuvieron resultados en los duelos con Bolivia (3-0) y Venezuela (0-0).
Pese al primer resultado, la torcida había abucheado a la Seleção, por no mostrar buen futbol. Pero esta vez el amor no sólo quedó en la promesa.
La primera flor para su amada hinchada llegó rápido. Un error en la zaga peruana permitió que Casemiro coloque el primero para Brasil a los 11 minutos tras un tiro de esquina. Pero la Verdeamarela tenía más amor para darle a un Arena Corinthians casi lleno.
El segundo fue con ayuda del portero inca. Pedro Gallese intenta un saque de fondo que impacta en Firmino. La bola golpea en el palo izquierdo. El cancerbero del Alianza Lima se desespera, ve el balón rebotar y se lanza a cazar aire. Firmino se saca el obstáculo y anota sin humillarlo. Iban 18 minutos. Aquí se le derrumbó todo a Perú.
Olé, olé
Tite había llevado artillería pesada, desnudó rápido las debilidades defensivas del rival y no le perdonó nada cuando llegaba con un 4-2-4 a atacar.
Con la organización de Perú quebrada, llegó el momento del atacante más aclamado. Everton del Gremio se despunta por su izquierda, dribla, mide al lateral Advíncula, y su disparo dibuja una trayectoria trazada con una regla mental que se cuela por el rincón derecho de Gallese.
Así se fueron al descanso.
Aunque Brasil todavía le debía más alegrías a su gente.
Los gritos de "olé, olé", a cada pase de Brasil, retumbaban en el estadio, mientras los muchachos de Gareca se encogían en el gramado. El romance de la Canarinha con la torcida iba en creces.
Con un Perú ya muerto, el capitán Dani Alves marcó el cuarto a los 53 minutos, en combinación con Firmino. Pero quien haría la autopsia fue un recién ingresado Willian a los 90, con un disparo desde fuera del área que se fue a encajar en el ángulo de Gallese.
En los descuentos, el portero del Alianza Lima ahogó el sexto gol de tiro penal de Gabriel Jesús. Si anotaba, no hubiera quedado un solo delantero en terreno sin marcar.
Al borde del final, un Arena Corinthians, casi lleno, seguía refrendando su apoyo al equipo de Tite. "Soy brasileño, con mucho orgullo, con mucho amor", coreaban. Terminaba en juego. El amor volvió.