Lo presupuestado sucedió. Argelia enseñó las razones que lo coronaron en África en 2019. El juego en La Haya fue lo más cercano a la extinta Copa Confederaciones. Los mejores países de Concacaf y la CAF se ofendieron sin importar que hubiera algo en disputa.
México no soportó la calidad argelina y fue vulnerado a pesar de que los africanos tuvieron un jugador menos en gran parte del juego. El Tricolor tiene buen ataque con Raúl Jiménez y Tecatito Corona, pero el bajo nivel de Héctor Herrera, Rodolfo Pizarro y Jonathan Dos Santos hicieron un juego más complicado.
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Goles hubo, volteretas, piques, de todo. Al final Diego Lainez salvó la noche.
Los Guerreros del Desierto estuvieron siempre encima. Ismael Bennacer y Sofiane Feghouli arrancaron y fueron los que le causaron problemas a los mexicanos. Riyad Mahrez acaparó los reflectores desde antes, pero el futbolista más caro en la cancha del Cars Jeans Stadium, su valor en el mercado ronda los 57 millones de dólares, estuvo intermitente.
Riyad estuvo oculto, sin embargo, sus compañeros supieron echar para atrás a México.
Jesús Corona y Raúl Jiménez fueron las armas con las que el Tricolor contestó los ataques argelinos.
El primer lance de Raïs M’Bolhi lo provocó Raúl con un tiro de lejos. Los verdes tardaron mucho en entrar al juego.
Argelia siguió sólido. Héctor Herrera tuvo que recurrir a faltas para dosificar los ataques africanos.
Tata Martino decidió experimentar con una línea de cinco atrás y dos contenciones, sin embargo, no fue la mejor idea. Los huecos aparecieron varias veces.
Baghdad Bounedjah se les escapó a los centrales, estuvo solo frente a Rodolfo Cota, pero tardó en disparar y le taparon su disparo.
En ese momento oscuro para México el Tecatito Corona fue la luz. El futbolista del Porto recibió un pase de Jiménez, Jesús le picó el balón a M’Bolhi y sin merecerlo por lo hecho en el partido, el Tricolor se puso al frente.
La justicia llegó rápido. Ismael Bennacer en la siguiente jugada le pegó fuerte y esquinado a un balón que le dio Sofiane Feghouli. La potencia del impacto dejó parado a Cota.
El empate se dio.
Luego de un descanso la batalla siguió de la misma forma. Riyad Mahrez fue otro. El argelino mostró parte de su calidad y con una serie de bicicletas se quitó a Jesús Gallardo en otra acción peligrosa.
La presión argelina regresó. Héctor Herrera y Jonathan Dos Santos perdieron la batalla en la mitad del campo. La balanza se pudo inclinar del lado azteca tras la tarjeta roja que recibió Adlène Guedioura por una entrada artera sobre Raúl Jiménez, pero sucedió lo contrario.
Los roces se multiplicaron. Ramy Bensebaini se encaró con Néstor Araujo. Los defensas se pusieron frente a frente, pero el árbitro Bas Nijhuis los amonestó y calmó todo.
México fue displicente, ese fue su error. Jorge Sánchez perdió un balón en la salida, le llegó a Mahrez y el jugador con las piernas más caras en el campo venció a Rodolfo Cota con un tiro raso.
Gerardo Martino estaba contra las cuerdas y recurrió a Alan Pulido, Andrés Guardado y Diego Lainez también entraron al campo.
El Tricolor inició sus embestidas, sin embargo, fueron desordenadas. Argelia a pesar de tener un jugador menos, supo frenar a los verdes.
Jiménez con un doble recorte en el área pudo emparejar el marcador, pero Mehdi Tahrat llegó barriéndose a tapar el disparo.
La desesperación comenzó a nublar a los mexicanos. Los espacios en el campo fueron muchos. Andy Delort entró para tratar de aprovechar esos huecos.
El cansancio se observó en todos los futbolistas. México siguió adelante y luego de buscarlo demasiadas veces el segundo tanto llegó.
Jiménez le filtró el balón a Lainez, Diego le ganó la espalda a su compañero en el Betis Aïssa Mandi y con remate cruzado igualó el juego.
El tanto les bajó lo moral a los argelinos. Héctor Herrera y Jorge Sánchez, los que tuvieron calificaciones más bajas en el juego, pudieron limpiar su mala noche con dos remates que se estrellaron en el poste.
Ese fue el colofón del juego. Argelia cumplió como sinodal de peso.
