La culpa es de Tláloc, Daniel Duffy confirmó lo que era evidente, el pasto híbrido del estadio Azteca está en deplorables condiciones por la intensa lluvia que ha azotado a la capital. La precipitación pluvial ha truncado que el pasto “amarre”. Eso y la gran cantidad de juegos en poco tiempo son las causas que han convertido el césped en un potrero: “El pasto no falló, simplemente hay factores naturales que hacen que el crecimiento y afianzamiento del césped sea diferente. En los diferentes escenarios en los que hemos instalado nuestra tecnología hemos trabajado contra viento, temperatura, cantidad de sol, lluvia”, explicó.
Que escueto en sus explicaciones y sin abundar demasiado dijo:
“El pasto necesita adaptarse al ambiente y establecerse, la lluvia ha afectado todo esto.
Los trabajos continúan para tenerla listo lo antes posible”, dijo el experto de Tarkett Sports.Félix Aguirre apoyó a Daniel y opinó lo mismo sobre el campo: “Esta nueva tecnología de césped requiere de un periodo de acoplamiento, mismo que se ha prolongado por las intensas lluvias que han caído: sin embargo, se está trabajando con los expertos internacionales para dejar la cancha en un estado óptimo a la brevedad”, destacó.