En América los goles llegan como un búfalo desde la banca. Henry Martin no tuvo pretextos, ingresó al terreno de juego cerca de la recta final del partido y puso los últimos dos clavos en el ataúd de los Xolos de Tijuana para redondear una noche espectacular, marcador final 4-0.
El ariete mexicano apenas tocó dos pelotas, mismas que transformó en gol. Roger Martínez sacó un potente disparo raso que Jonathan Orozco atajó, aunque el experimentado cancerbero concedió rebote y Martin simplemente apareció para empujar la pelota a la red.
Casi de inmediato, Alonso Escoboza ganó por la izquierda y metió centro sobre la marcha, Henry Martin ganó la espalda a su marcador y apareció puntual a la cita con el balón para redondear su noche.
Las Águilas abrieron el marcador gracias a una auténtica obra de arte, lo necesario en el momento en que el juego todavía era trabado. Kevin Balanta había recuperado la pelota en el medio del campo de juego, pero al momento de querer salir con la pelota controlada, erró su toque. Fernando González apreció el regalo, levantó la mirada y notó a Richard Sánchez completamente solo.
La pelota llegó al cachorro y no dudó en dar el pincelazo, un disparo desde fuera del área salió con dirección al ángulo superior izquierdo de la portería. Jonathan Orozco recorrió un par de pasos hacia atrás y se lanzó, aunque de manera inútil, la estirada solamente sirvió para embellecer más la postal. La banca local del Olímpico Universitario estalló en júbilo, así fue como América abrió el marcador.
El partido se rompió a partir de entonces, aunque las jugadas peligrosas siempre estuvieron de lado de las Águilas. Tiro de esquina por la banda derecha, la jugada parecía perderse por la línea final, pero con mucha garra, Roger Martínez fue a pelear la pelota, la bajó en el área, dio la media vuelta, esperó un tiempo, alzó la cara y metió una diagonal para Bruno Valdez. El líder de la zaga estaba completamente solo en el área y jaló al gatillo ante la sorpresa de la defensa fronteriza y la imposibilidad de Orozco por atajar el fogonazo.
Mucho más temprano en el partido, los Xolos de Tijuana tuvieron su única oportunidad de peligro. Pelota en profundidad había encontrado en los pies de Bryan Angulo el mejor destino posible, cuando el ariete se perfilaba para fusilar a Guillermo Ochoa, Bruno Valdez lo derribó en el área y se sancionó la pena máxima. No hubo tiempo para festejos, el VAR los arruinó, el “Cuco” estaba en fuera de juego al recibir la esférica y la acción no contó.
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