Doha. Banderas muchas, adornos mundialistas también, trabajadores que ultiman los últimos detalles para el inicio de la Copa del Mundo, sin embargo, la gente sigue aparentemente ausente. ESTO recorrió la avenida Al Corniche y nos encontramos con pocos aficionados, no las grandes mases que se esperan a cuatro días de que empiece la competencia.
El recorrido fue de dos kilómetros a pie hasta llegar al Countdown Clock, lo que observamos fue a visitantes esparcidos, algunos periodistas de otros países y contados aficionados. El reloj que lleva el conteo regresivo del Mundial es el principal atractivo.
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Tres españoles, dos ecuatorianos y un periodista de Singapur fue lo que nos encontramos, el ambiente no se siente de Mundial, le falta chispa, emoción.
Los españoles nos comentaron que “puede ser el horario, hace calor, nosotros tenemos once años viviendo en Doha y la gente sale tarde, ahorita los niños están en la escuela, esa puede ser la razón, pero mañana (jueves) ya se va a ver a más gente en las calles”, mencionaron.
La Furia Roja está en el Grupo E de la Copa del Mundo, Alemania, Japón y Costa Rica los acompañan: “La verdad es un grupo muy fuerte el que tenemos, pero el equipo es bueno, España puede ser campeón del mundo, como dicen ustedes los mexicanos, la vamos a pasar padre”, dijeron.
Luego de hablar con los seguidores hispanos permanecimos en el lugar varios minutos más, poca gente se acercó al reloj. Los policías dieron rondas montados en camellos. Eso fue lo más colorido de la tarde.
Algunos aficionados de Japón, Turquía y Marruecos llegaron, pero sin hacer fiesta, conservadores, solo acercándose al reloj y luego marcharse. Los latinos son los que regularmente ponen la fiesta, pero no estuvieron.
La plaza se vio solitaria, solo las banderas y esporádica gente en el contador o en las letras que están a un costado.
Los últimos rayos del sol se metieron, la luz natural se termina a las 17:00 horas locales, la noche llega pronto.
La oscuridad es como un imán de personas, más aficionados se acercaron al lugar, las luces de los barcos se encendieron y el lugar cobró vida.
Doha está lista, hay mucho espacio para los aficionados, atracciones, color, pero falta que lleguen. Las calles van a perder esa tranquilidad en las siguientes horas.
Nota publicada originalmente en ESTO