Las aguas están agitadas, la casi desaparición de la Liga de Ascenso provocó que todos los representantes de la Asamblea General de la Federación Mexicana de Futbol trabajen en medio de la crisis del coronavirus a través de llamadas y reuniones virtuales.
El viernes 17 de abril Enrique Bonilla, a través de una conferencia digital, tras reunirse del mismo modo con los presidentes de primera división, anunció oficialmente la eliminación del ascenso y descenso durante los siguientes cinco años para darle paso a una Liga de Desarrollo.
Enseguida, jugadores y directivos de la Liga de Ascenso se manifestaron en contra de esa decisión en redes sociales y a través de entrevistas telefónicas dadas a ESTO y a otros medios de comunicación.
La protesta se mantuvo los siguientes días. Leones Negros y Correcaminos, fueron de los más insistentes. Los Melenudos, a través de un comunicado difundido por el Maestro Alberto Castellanos, habló de que esa decisión no podía llevarse a cabo sin tener el 80 por ciento de los votos de la Asamblea General. Y tiene razón. Según el Estatuto Social de la Federación Mexicana de Futbol, creado en el 2015, en su Artículo 35 referente a la votación, especifica de lo que habla el presidente de los universitarios: “Las resoluciones de la Asamblea General, Ordinaria o Extraordinaria, se tomarán por mayoría de votos a excepción de los siguientes asuntos, que requerirán la aprobación de cuando menos 80% del 100% de los votos del total que se pueden ejercer en una Asamblea”.
El quinto asunto que treataron fue acerca del 35.5 habla del dilema actual: “Toda modificación al sistema de ascenso y descenso automático en las Ligas o Divisiones Profesionales y su correspondiente competición”.
El porcentaje en los votos que tiene cada división se especifica en el Artículo 21, referente a la integración de la Asamblea General: “Liga MX 55% de los votos, Ascenso MX 5% de los votos, Segunda División 18% de los votos, Tercera División 13% de los votos y Sector Amateur 9% de los votos”, dice el reglamento.