México lo hizo todo bien. Un solitario gol de Ali Ávila bastó para dejar a los coreanos en el camino, 0-1 final. Los pupilos de Marco Ruíz supieron contener los embates por parte de los asiáticos, pero siempre estuvieron atentos en defensa. Gracias al triunfo que ya deja una huella en la historia de los Mundiales Sub-17, se medirán a Holanda, justo en la misma instancia en aquél glorioso 2015, cuando se levantó la Copa del Mundo por primera vez.
El juego
México siempre mostró mejor cara, pero los coreanos tuvieron las de mayor peligro desde que comenzó a rodar el balón en el estadio Kléber. Choi estrelló el balón en el travesaño, en lo que fue la más clara de los asiáticos. La respuesta del Tricolor llegó rápido con pelota detenida. González remató dentro del área chica, pero no le pudo dar dirección de portería.
Las fallas en la salida de los jugadores mexicanos forzaron una jugada clara de gol por parte de Corea. Choi, otra vez, falló sólo frente al guardameta, en la jugada con mayor peligro por parte de los asiáticos. A México le costó adaptarse dentro del terreno de juego, pero poco a poco recuperó la tenencia del balón y le puso calma al juego. Poco más pasó, cuando el árbitro peruano mandó a descansar a los equipos.
Ya en la parte complementaria, la más clara salió de los pies de Pizzuto. Se encontró el balón en el área tras una serie de rebotes, remató con dirección de portería, pero la pierna de un coreano evitó el gol de la ventaja. Para romper el cero, el estratega Marco Ruíz movió sus piezas. Sacó a Bruce El-Mesmari y le dio bola a Ali Ávila.
El dominio y la posesión del balón fueron para los verdes. Corea aguantó y trató de matar al contragolpe, aunque la zaga nacional siempre estuvo atenta y bien colocada. Israel Luna encontró el balón dentro del área, pero sus dos remates de cabeza se fueron muy desviados del arco asiático. La presión fue demasiada.
Los coreanos no supieron defender tantos embates por aire y cedieron. El recién ingresado, Ali Ávila, se elevó entre los dos rojos y remató con la fuerza necesaria para vencer el portero. Con el éxtasis de quien cumple un sueño, festejó con el resto del equipo el tanto que los ponía en ventaja.
Heridos y con poca vida, los coreanos adelantaron líneas. Ahora se invirtieron los papeles. El arquero García sacó la más clara de los rivales. Le remataron en el área chica, pero los reflejos fueron los adecuados y mandó el balón al tiro de esquina. Al combinado nacional le costó un mundo hacerse de nuevo del balón.
Bryan González desaprovechó la oportunidad de darle calma a su equipo. Ingresó al área por el costado izquierdo, cruzó su disparo, pero se fue lejos de la meta coreana. El Tricolor supo defender la ventaja hasta el último segundo. Cuando el juez central sentenció el final, hubo lágrimas de felicidad y tristeza. ¡México está en semifinales!