Buenos Aires, Argentina.- El ex astro del futbol argentino, Diego Armando Maradona, murió a los 60 años tras sufrir un paro respiratorio, de acuerdo con medios de ese país como Clarín y ESPN.
En las últimas semanas, el "10" había sufrido problemas de salud y estuvo a principios de este mes 10 días internado en una clínica de Buenos Aires por anemia, deshidratación y con un "bajón anímico", pero al hacerle chequeos se le diagnosticó un hematoma subdural por el que fue operado.
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Luego, el técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata tuvo "algunos episodios de confusión" que los médicos "asociaron" a "un cuadro de abstinencia".
Apenas el 30 de noviembre pasado llegó a las seis décadas de vida, en medio de felicitaciones de todo el mundo del futbol.
El Barrilete Cósmico, como lo describió Víctor Hugo Morales en su narración tras presenciar cómo el camiseta 10 eludió ingleses como si fueran los niños a los que burlaba en Villa Fiorito y anotara el 2-1 de Argentina sobre Inglaterra en el Mundial de México 1986.
De apenas 1.65 cm de altura, pero con el balón en los pies, sobre todo en el izquierdo, fue enorme.
Diego jugó su último partido como profesional el 25 de octubre de 1997 con la playera de su querido Boca Juniors en un clásico contra River Plate. Como lo fue y ha sido toda su vida, el final fue sacado de un cuento.
El Diego siempre fue polémico, nunca lo acompañó la seriedad, Maradona se forjó en el barrio, lo llevó a todos lados y lo mantiene hasta la actualidad. "El Pelusa dice lo que quiere, no tiene filtros en sus palabras", decía.
“Maradona fue más que un futbolista genial, fue un factor extraordinario de compensación para un país que en pocos años vivió varias dictaduras militares, frustraciones sociales de todo tipo. Diego ofreció a los argentinos una salida a su frustración y por eso la gente lo adora como una figura divina”, ha dicho Jorge Valdano sobre su amigo y compañero en ese Mundial de 1986 que puso al Pelusa en lo más alto, pero al mismo tiempo también ganó comentarios adversos por crear la Mano de Dios.
Ese tanto con la muñeca es el Diego mismo. Irrespetuoso en el campo, atrevido, creador de lo imposible. De Los Cebollitas a Argentinos Juniors, luego a Boca Junios y enseguida a Europa.
Maradona se divirtió cinco años en el futbol argentino para después compartir su futbol en España. Diego se puso en 1982 la playera del Barcelona, sin embargo, su paso fue fugaz.
En la temporada 1983-1984 en un juego contra el Athletic de Bilbao Andoni Goikoetxea le provocó una fractura de ligamento en el tobillo izquierdo. Periódicos catalanes titularon al día siguiente esa acción como un terrible crimen.
“Yo sé perdonar y por supuesto, perdono a Goikoetxea, aunque sé que no es ningún santo”, declaró Maradona en ese entonces.
Diego regresó a jugar cuatro meses después, pero su etapa con el Barcelona terminó pronto. El Pelusa anotó 38 tantos como blaugrana y enseguida emigró a Italia. Lo que edestino le preparó no lo imaginó nunca.
El Diego fichó por el Napoli. De 1984 a 1991 Maradona construyó su leyenda. El argentino fue el mejor del mundo, regates, fintas, goles, piques veloces, malabares con los cordones de la agujeta desatados, todo lo inventó.
La vitrina de los Gli Azzurri creció como nunca antes. Diego cooperó para ganar el Scudetto en las temporadas 1986-1987 y 1989-1990. La Copa Italia en 1987, la Copa UEFA en 1989 y la Supercopa de Italia en 1990. Los trofeos y las distinciones individuales cayeron a racimos.
Maradona no dejó de subir hasta que alcanzó el techo. El Mundial de México 1986 y el juego de cuartos de final contra Inglaterra fue su consagración absoluta. Luego, como lo dice la ley de la gravedad. Todo lo que sube tiene que bajar.
El futbol de Diego vino a menos, pero le alcanzó para poner a Argentina en otra final de Copa del Mundo. En Italia 1990 la Albiceleste llegó al último juego, pero perdió 1-0 contra Alemania. El árbitro uruguayo nacionalizado mexicano Edgardo Codesal expulsó a Pedro Monzón y Gustavo Dezotti, además de marcar el penalti con el que Andreas Brehme anotó el único tanto del juego. Esa actuación de Edgardo hace enfadar al Diego hasta la actualidad.
La curva del Pelusa siguió hacia abajo. El 17 de marzo de 1991 Maradona en un control antidopaje dio positivo por cocaína y fue sancionado dos años sin jugar. La señora blanca cambió su vida.
Diego regresó a la actividad en 1992 con el Sevilla, pero no fue el mismo. Europa terminó para él. Maradona volvió a Argentina y pasó sin destacar en Newell ́s Olds Boys.
Llegó el Mundial de Estados Unidos 1994. Maradona estaba lejos de lo que enseñó dos justas atrás, sin embargo, quiso enseñarle al mundo lo contrario.
Argentina debutó contra Grecia y goleó 4-0 con un gol del Diego. Su festejo frente a la cámara de televisión es icónico, Maradona sacó mucho coraje acumulado, pero minutos después en otro control antidopaje la carrera del Pelusa tocó fondo.
Diego dio positivo por efedrina y abandonó la concentración. Maradona comentó: “Me cortaron las piernas”.
Maradona estuvo inactivo hasta 1995. Barrilete Cósmico cumplió su sueño de regresar a su querido Boca Juniors y luego retirarse.
Fueron dos años con el cuadro Xeneize, pero lejos de la velocidad y gambetas de sus años mozos.
Después de eso vienen recaídas de Diego en la adicción e incontable batallas para seguir activo en el futbol. Maradona ha sido y es director técnico e incluso tuvo su programa de televisión.
El Pelusa dirigió a la Albiceleste en el Mundial de Sudáfrica 2010, pero fue eliminado por Alemania 4-0 en cuartos de final.
El Diego tiene aventuras en el futbol de Emiratos Árabes con el Al-Wasl y Al-Fujairah. Luego vivió una aventura en México con los Dorados de Sinaloa.
Con el Gran Pez Maradona llegó a dos finales, pero no logró el ascenso, lo mejor de todo fue que Diego mejoró de salud y se le observó dedicado al trabajo. Su paso por Culiacán fue mejor de lo le pronosticaban.
Siempre polémico, el ídolo argentino ahora gambeteará en el cielo. Como él mismo lo dijo: la pelota no se mancha. El Dios del futbol ha muerto.
|| Con información de Agencias ||
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