¡Segunda derrota consecutiva de La Máquina! Es un hecho, no encuentra el rumbo. Primero fue Atlas y ahora San Luis alargó la agonía y dañó de fea forma las aspiraciones de Cruz Azul en el torneo. Tuvieron que pasar 16 años para que tuvieran un inicio tan malo y lo que antes fue augurio, poco a poco se hace una cruel realidad.
Luis Reyes tuvo fortuna y abrió el marcador, Jonathan Rodríguez empató con un golazo, pero Germán Berterame, con suerte canina incluida, decretó la victoria de San Luis. 2-1 final. Un abrazo perruno que valió los tres puntos.
La primera victoria en la era de Memo Vázquez llegó para los potosinos. A Cruz Azul le urgen refuerzos, sin ellos está convertido en un cheque al portador.
El juego
El veto terminó en el Alfonso Lastras y reabrió sus puertas para recibir a un invitado de lujo. La Máquina presentó a sus nuevos vagones. Luis Romo ocupó la contención y Pablo Ceppelini hizo mancuerna con Jonathan Rodríguez como hombres más adelantados ante la falta de un centro delantero nominal. La urgencia de una victoria orilló a Robert Siboldi a utilizar a sus compatriotas y dejar en el banquillo a Santiago Giménez. Al canterano azul poco le duró el gusto de la titularidad y volvió a probar la amargura de la suplencia.
El duelo dio inicio. Los locales no especularon y comenzaron a tambor batiente, de inmediato tomaron la iniciativa. Nicolás Ibáñez fue el hombre más incisivo de los locales y estuvo cerca de la primera anotación. El argentino entró al área y como auténtico Guerrero, se sobrepuso a un jalón, que ameritaba penalti, pero no cedió y disparó. En ese momento apareció el héroe cementero. Jesús Corona mostró sus reflejos y evitó el tanto. Así fueron los primeros instantes, la zaga visitante no se enteró ni por dónde llegaban los embates potosinos.
Los celestes despertaron de su letargo, la reacción fue tardía, pero realizada. El juego bajó de revoluciones y se convirtió en un acontecimiento soso, sin ninguna emoción en ninguna de las porterías.
Lo más emocionante tuvo que venir de otro lado y de un inesperado personaje sin invitación. Una pequeña perrita invadió la grama del recinto y las risas no faltaron en el Lastras. Germán Berterame lo atrapó y lo llevó abrazado afuera del terreno. El can, contrariado por lo sucedido, lo intentó besar en señal de agradecimiento, el público aplaudió el noble gesto del atacante.
El perrito de la suerte
El mejor amigo del hombre fue el amuleto del San Luis. Pasaron algunos minutos y el cuadro de casa se adelantó. Luis Reyes se animó y cobró un tiro libre de larga distancia. La suerte lo ayudó, el balón fue desviado directamente a la red, ante la mirada atónita de Jesús Corona, quien respondió con un gran berrinche por ver su meta vencida de esa forma ¡Perro golazo! Y así rompieron con 306 minutos sin marcar como local.
El complemento no cambió la tónica. San Luis dominó y Cruz Azul persiguió. Los celestes fueron víctimas de las ausencias que todavía imperan en el plantel. Media cancha perdida y nulo ataque. El portero Carlos Rodríguez no se despeinó, ni siquiera su uniforme ensució.
Elías Hernández quiso intentar algo diferente, pero no pudo solo.
El timonel charrúa se mostró desesperado por el juego de su oncena y optó por la juventud. El hijo del Chaco ingresó y la Cabecita se prendió. Jonathan Rodríguez realizó una estupenda jugada personal, demostró su calidad y emparejó el juego. El recinto potosino enmudeció ante la genialidad del uruguayo, pero sólo un instante lo pudo disfrutar.
San Luis se puso bravo y no quiso defraudarle a su gente. Germán Berterame siguió con la suerte canina, aprovechó una bola perdida y no perdonó. La displicencia mostrada por la zaga azul salió muy cara. Los minutos siguieron su curso, pero no hubo más.
La Máquina no encuentra el rumbo y volvió a perder en el torneo, segundo descalabro consecutivo que empieza a encender las alarmas. Los refuerzos urgen en La Noria y ahora llegarán con doble presión de enderezar el camino de los celestes.