El 9 de junio de 2011 Guillermo Ochoa supo lo que es dar positivo en un control antidopaje. Él, junto a Francisco Javier Rodríguez, Christian Bermúdez, Antonio Naelson Sinha y Édgar Dueñas fueron expulsados de la Copa Oro por haber consumido accidentalmente clembuterol, por un problema de salud.
Ese episodio se asemeja a lo que vive actualmente Víctor Guzmán, quien ha tenido que salir de Chivas debido al conflicto y se teme que reciba una fuerte sanción. En el caso del Pacho, la sustancia es muy distinta. “Es un caso similar, pero no igual”, ataja el guardameta de las Águilas del América. “Yo pasé por una situación de estas, me gustaría ser prudente, no sé bien por lo que está pasando él”, agrega Guillermo Ochoa, al ser cuestionado sobre lo que acontece con el Pocho.
Memo es cauto, sin embargo, sabe qué es lo que requiere su compañero de profesión: “En este momento lo que él necesita es apoyo y ayuda”, afirma.
El portero americanista insiste en “conocer poco del tema, prefiero no decir más, sin saber bien qué pasa”, recalca, convencido de apostar por la prudencia.
Las preguntas de los medios de comunicación insisten en el tema, pero Ochoa se mantiene en su postura. “Mi tema fue distinto al de él”, ataja enseguida. “Entonces, mi opinión me la quedo para mí, son razones diferentes”, precisa el portero azulcrema, consciente de las dificultades que tendrá que enfrentar Víctor Guzmán y de lo solo que se puede sentir ante la falta de respaldo del club que inicialmente lo contrató (Chivas) y de las interrogantes que vienen respecto a su anterior institución, en este caso Pachuca.
En 2011, cuatro meses después de ser suspendido de toda actividad futbolística, la WADA exonera a Memo y a los demás implicados por resultar inocentes, aunque para él y sus compañeros sin duda fueron semanas oscuras, además de que el hecho de quedar fuera del evento internacional lo afectó directamente.
Por ese episodio gris, Ochoa les pide a los medios de comunicación y a la opinión pública que haya “prudencia” en este asunto, así como “respetar al jugador y a su familia”, cierra, esperanzado en que se aclare lo ocurrido y muy pronto pueda demostrar su inocencia.