En los años 60 del siglo pasado, Brasil estaba entre el éxtasis y el dolor. Gritaba los goles de Pelé, pero también lloraba por un régimen militar que desaparecía, torturaba y mataba a los disidentes.
La dictadura militar se instauró en el país sudamericano desde 1964 hasta 1985. Se suprimieron las huelgas, el derecho a la manifestación, y cifras oficiales señalan que hubo 20 mil presos y torturados, además de 35 mil perseguidos políticos.
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En ese entonces, la sonrisa de Pelé era nerviosa. Las preguntas de los periodistas le resultaban incómodas por las circunstancias que se vivían en su país tras el Golpe de Estado.
- ¿Te han invitado a pertenecer a un grupo político? - le cuestionaba un comunicador en aquel entonces.
“Me han invitado a muchas cosas, pero la verdad es que no sé nada, nada de política”, respondió O Rei dubitativo.
Ante el régimen militar, el astro brasileño aseguró que “para mí no cambió nada, el futbol era lo mismo de siempre”.
Sin embargo, un sector de la población nunca le perdonó su encuentro con Emilio Garrastazu Medici, el tercer presidente de la dictadura militar, tras ganar la Copa del Mundo de México 1970.
Pelé sabía lo que estaba ocurriendo con el pueblo brasileño
“Te mentiría si dijera que nosotros (los seleccionados de Brasil y jugadores del Santos) no sabíamos de lo que pasaba (muertes y desapariciones). Llegaba mucha información de todos lados, aunque no teníamos la certeza de qué era verdad y qué era mentira”, aceptó Edson Arantes do Nascimiento, en el documental Pelé, dirigido por David Tryhorn y Ben Nicholas.
Medici aprovechó la popularidad del futbol en Brasil para mantener su régimen represivo e, incluso, provocó que el astro jugara el Mundial de 1970 pese a que decidió no volver a la máxima justa del futbol, luego de la eliminación en Inglaterra 1966.
Por si fuera poco, el dictador condecoró al ex delantero después de que anotó su gol 1000.
“Yo siempre le he abierto las puertas a todos los gobiernos”, aseguró O Rei.
La afirmación resultó cierta, ya que se reunió con presidentes de distintas corrientes ideológicas a lo largo del tiempo, como Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inacio da Silva y Dilma Rouseff.
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