El día llegó. Gerard Piqué dijo adiós al Barcelona en medio de una gran fiesta en el Camp Nou, donde la afición se rindió a los pies del defensor campeón del mundo con España en Sudáfrica 2010. Piqué, una leyenda del conjunto catalán, salió de cambio al minuto 85 en el duelo ante el Almería, donde los locales sacaron la victoria 2-0.
Todas las miradas estaban puestas hoy en el pilar de la defensa del conjunto catalán por más de una década. Ni el partidazo de Ferran Torres ni la figura de Robert Lewandowski, que falló un penalti en el primer tiempo, ni las anotaciones de Ousmane Dembélé y Frenkie De Jong importaron. Hoy el resultado era irrelevante, todos fueron a ver el último partido de Gerard con la playera blaugrana.
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Más de 90 mil espectadores atiborraron el estadio e hicieron una fiesta, antes, durante y después del partido. Piqué se lo merecía todo hoy. La ovación más sonora se presentó cuando el técnico culé, Xavi, decidió sacar a Gerard al minuto 85, para darle juego a Andreas Christensen. En ese momento las lágrimas ya parecían asomarse en la cara del defensa.
Piqué salió del que fue su patio por 15 años en medio de aplausos, abrazado por todos sus compañeros por más de dos minutos. Fue el momento más alto de una velada en donde Barcelona mostró una buena versión que remató en el segundo tiempo con los goles que no transformó en los primeros 45 minutos.
Si bien es cierto que Piqué anunció su retiro de forma inesperada como jugador del Barcelona, su futuro en la institución parece prometedora, como directivo o entrenador, algo que siempre ha expresado querer hacer el zaguero español, que deja a los suyos como líderes de LaLiga, encima del Real Madrid.
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Ahora Gerard se mantendrá atento de su presente en la Selección de España, donde ha sido convocado en una lista preliminar para disputar Qatar 2022, una cita donde espera llegar para poner, entonces sí, un final con broche de oro a una de las carreras más exitosas de algún jugador español.
“En la vida, cuando te haces grande, te das cuenta que querer es dejar marchar. Es el momento de dejarnos un espacio, un poquito de aire. Estoy convencido de que, en un futuro, volveré a estar aquí. Esto no es una despedida, ya me fui con 17 años y volví. Aquí nací, he vivido aquí y moriré aquí”, soltó Gerard Piqué con micrófono en mano en medio de la cancha y con lágrimas que no paraban de caer sobre su rostro.
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