La euforia por vivir otra edición de Clásico Joven, pero en cuartos de final, no causó tanto impacto en la venta especial que realizó Cruz Azul.
Con la intención de ver un lleno total en la batalla de vuelta frente al América, la institución puso a la venta algunos boletos en las instalaciones de la Noria. Las puertas se abrieron desde las 10 de la mañana, donde apenas diez personas se hicieron presentes. Conforme pasó el tiempo, otros seguidores fueron llegando, pero algunos no leyeron bien un día antes el comunicado del club tras avisar que solamente se le vendería a los que llevarán su playera del equipo, así que se regresaron con las manos vacías, y otros que llevaron el dinero justo sin contar con el recargo de casi 80 pesos, situación que les impidió hacerse de su boletaje.
Aunque la noticia de que fuera en las instalaciones del club hizo mucho ruido en redes sociales, el mero día no fue así, sin embargo, los que sí fueron regresaron a casa más que emocionados, y es que coincidieron con la salida de los jugadores tras concluir su preparación para el cotejo de ida.
Rafael Baca, Elías Hernández y Stephen Eustaquio se detuvieron para convivir con la afición cementera mientras les deseaban suerte. Los jugadores repartieron autógrafos y se tomaron fotos en lo que uno que otro les daba consejos para eliminar a los de Coapa: “Sin miedo. Ustedes deben de ser rápidos, no dejar que pasen y fortalecer la zaga”, le dijo uno a Baca. El que robó corazones fue Igor Lichnovsky, que hasta se llevó el beso de una bebé.
A las cinco de la tarde se cerró la venta. Cabe recordar que fueron cuatro boletos los que se daban por persona con costos de 400, 500 y 600 pesos más el cargo.