Dos partidos aplazados en la última jornada de la Premier League que disparan las alarmas: el futbol inglés se halla de nuevo bajo la amenaza de la pandemia, que se hace más presente en el país, hasta el punto de llevar a algunos a pedir una interrupción de las competiciones.
Al igual que ocurrió la temporada pasada, ¿es real el riesgo de que la Premier League vea de nuevo su calendario interrumpido o amputado por el coronavirus?
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La pregunta vuelve a la palestra mientras el número de test positivos por Covid-19 en el seno de los clubes de la élite inglesa alcanza su máximo nivel desde el mes de mayo.
Dieciocho jugadores y miembros de los equipos técnicos han dado positivo en test PCR, según se conoció el martes. Una cifra que debe ser contextualizada, ya que mil 479 jugadores y miembros de los cuerpos técnicos fueron testados entre el 21 y el 27 de diciembre. Pero ello no resta preocupación por el dato: la prevalencia en la Premier League es superior a la de las grandes ciudades más afectadas de Inglaterra.
Así, pues, no es descartable la posibilidad de una serie de aplazamientos los próximos días, como ya ocurrió con el duelo Everton-Manchester City, previsto para el lunes y pospuesto apenas cuatro horas antes de su inicio, después de la detección de varios contagios en el seno del equipo de Pep Guardiola.
La Premier tomó esta decisión a petición del Fulham, que sufrió "un aumento significativo de casos positivos en el nuevo coronavirus, así como un cierto número de jugadores con síntomas".
Se trata del tercer partido aplazado esta temporada en Inglaterra tras el Newcastle-Aston Villa a comienzos de diciembre y el Everton-Manchester City el lunes.
Parecida situación se vive en el seno del Sheffield United y la disputa del choque Chelsea-Manchester City del domingo está en el aire.
El regreso a los entrenamientos este miércoles del Manchester City, dos días después del aplazamiento del partido ante el Everton, hace pensar que ese duelo con el Chelsea en Stamford Bridge sí podría disputarse, después de una nueva tanda de test que no reveló ninguna nueva infección.
A pesar del creciente número de casos positivos en la máxima categoría inglesa, la Premier afirmó su voluntad de continuar con la competición.