Aquella tarde era como cualquier otra o, al menos, los todavía estudiantes que conformaban el equipo de la UNAM así lo veían, pero no. Pumas se jugaba en el Olímpico Universitario su ascenso al máximo circuito de la Liga Mexicana de futbol. Luego de un arduo día de estudios, muchos de los hombres de aquella plantilla caminaron hacia el estadio México 68. A cada paso a través de Ciudad Universitaria comenzaron a notar la diferencia. Las inmediaciones del inmueble estaban abarrotadas de estudiantes que anhelaban que su alma mater tuviera equipo de Primera División.
“Todos éramos estudiantes de la UNAM y jugábamos en el equipo más que nada por tener una actividad física”, rememora Jorge Gaitán, uno de los inmortales. “Todos dejaban el alma en la cancha cada partido”, abunda este símbolo partícipe de la rica historia auriazul. Ese inolvidable martes los felinos llegaron como líderes de la Segunda División al encuentro contra el Cataluña. El triunfo significó el boleto a Primera.
Aunque Universidad Nacional era mejor, los aguerridos norteños mostraron una indomable velocidad, mas ese argumento no fue suficiente para equilibrar las acciones. Lorenzo García, con un balazo de tiro libre, abrió la cuenta en favor de los universitarios y, más tarde, mediante un zurdazo a boca de jarro, amplió la ventaja.
El delantero fue líder de goleo junto con Carlos Calderón de la Barca. Cada uno consiguió 21 festejos a lo largo de la temporada. “Mi primer gol fue al Zamora, y el ascenso lo conseguimos al golear 5-1 al Cataluña. Fui paseado en hombros en este hermoso estadio Universitario”, revive García en un homenaje de hace cuatro años.
La goleada la concretaron Carlos Calderón de la Barca, con doblete, y la redondeó Manolo Rodríguez. Cuando llegó el silbatazo final en el Olímpico Universitario, los jóvenes estudiantes que se hicieron presentes en el inmueble saltaron hacia la cancha para festejar con sus ídolos. Los pasearon en hombros y convirtieron el estadio en auténtica fiesta.
El resto es historia a partir del 9 de enero de 1962. Los Pumas ya no se separaron de ese cuento de hadas, porque nunca más volvieron a probar la Segunda División. Pumas ha conseguido un total de siete campeonatos en el máximo circuito y siempre intentaron imponer, hasta la fecha, su esencia de muchachos formados en el equipo apuntalados por extranjeros que arropen el crecimiento de los nacidos futbolísticamente en la cantera felina.