La mano de Antonio Mohamed tuvo un efecto inmediato con los Pumas, pues después de cuatro derrotas consecutivas, al fin sumaron tres puntos luego de vencer por 3-1 al Atlético de San Luis en el Estadio Olímpico Universitario.
Los tantos con autoría de Ulises Rivas, César Huerta y Jorge Ruvalcaba bastaron para que los universitarios pudieran concretar la remontada, tras irse abajo en el marcador desde el primer minuto gracias a un tiro raso de Jhon Murillo que dejó tendido a Julio González.
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Ese tanto apagó la emoción y fervor de los aficionados en las gradas que en su mayoría aceptó la primera alineación de Mohamed en la institución, con las excepción de un fuerte abucheo al capitán Nicolás Freire, que a algunos ya les comienza a cansar su discurso sobre que los jugadores son los culpables del mal desempeño reciente del equipo, mientras que Ulises Rivas también recibió cierto desplante, aunque con el gol del empates las sensaciones cambiaron.
Pero quien se llevó todos los aplausos, gritos y demás expresiones de emoción desde las gradas fue el “Turco”, primero al ser anunciado por el sonido del recinto, y luego al ser captado con la característica seña del puño alzado durante el himno de la UNAM, un gesto con el que se ganó el cariño de muchos.
Y es que este partido ante San Luis, además de tener el objetivo de acercarse al repechaje, Pumas también tenía la misión de reconectar con sus aficionados, los mismo que han aguantado 12 años sin un sólo trofeo y que han soportado las burlas por parte de los demás equipos de la Liga MX. Conexión que se logró poco a poco con el paso del encuentro.
Tras el empate los universitarios no dejaron de correr, en especial César Huerta que recorrió la banda izquierda de principio a fin, con recuperaciones de balón y varias patadas rivales. Ante el constante “maltrato” el árbitro Óscar Mejía recibió cuanta grosería se le ocurriera a los creativos aficionados felinos, y ese respaldo desde las gradas fue correspondido por el “Chino” al marcar el tanto de la remontada tras bailar a la defensiva potosina.
La alegría regresó a CU como hace tiempo no se sentía, también las cervezas voladoras, mientras que el Goya volvió a retumbar en la piedra volcánica. Pero aún faltaba más, la conexión no estaba completa.
San Luis no fue ningún flan; propuso, compitió en los físico y en el coraje, pero sus delanteros demostraron una vez más por qué son la peor ofensiva de todo el Clausura 2023, y cuando las oportunidades fueron latentes, “Palermo” Ortiz y el capitán Freire aparecían para impedir el gol.
Otro que tuvo su momento de gloria fue Julio González, que en el segundo tiempo realizó una triple atajada dentro del área que hizo recordar a Alfredo Talavera. Por cada balón bloqueado el público gritaba cada vez más fuerte, y cuando el esférico al fin se fue a saque de puerta los aficionados se pararon de sus asientos y entonaron un canto de “portero, portero”, para después engrandecer al guardameta con su nombre acompañado de aplausos y hasta algunos se despojaron de su playera para ondearla en su honor, mientras que los rivales no entendían cómo no entró el balón.
Los embates potosinos continuaron pero un contragolpe que Jorge Ruvalcaba liquidó cualquier aspiración y completó la conexión. En su primer partido, el “Turco” Mohamed ha revivido las ilusiones de Pumas, y aunque aún no ocupan el último cupo de repechaje, las posibilidades se vuelven latentes.
Publicado originalmente en ESTO