Una nueva edición del Clásico Nacional hará vibrar este fin de semana al estadio Azteca. América y Chivas se volverán a ver las caras en lo que representa la rivalidad más importante del futbol mexicano.
Y es que hablar del Súper Clásico es referirnos a un duelo que no solamente trasciende fronteras, también rompe la barrera de los años debido a que, sin importar la época, siempre habrá un partido de estos dos cuadros que valdrá la pena recordar otra vez.
Sin lugar a dudas, los grandes jugadores azulcremas y rojiblancos fueron fundamentales en la construcción del Clásico con el correr de los años, y es por eso que para entender lo que representa, El Diario de los Deportistas realizó un viaje en el tiempo de la mano de dos referentes de las instituciones más ganadoras de este país: Héctor Miguel Zelada y Fernando Quirarte, quienes compartieron el significado de este duelo a un nivel muy personal.
En el caso de Zelada, reconoció extrañar esta clase de partidos a nivel de cancha. La razón lo asistió al confesar que no es lo mismo sentirlo en el campo que en la grada, aunque no por eso ha dejado de vivirlo con la intensidad de la primera vez.
“No es lo mismo estar en la tribuna que abajo, siendo protagonista. Lo vivo con intensidad, la semana previa al Clásico es diferente porque todo mundo te quiere apostar. El entorno previo al Clásico siempre crea grandes expectativas. Aunque se diga que está devaluado, la expectativa está y yo vibro igual y quiero que gane América”, aseguró el ex futbolista.
La década de los 80’s, en la que Zelada y Quirarte fueron participes, tuvo de todo; partidazos, broncas monumentales y hasta “La Final del Siglo”.
Con el tiempo, pareciera que el pique ha venido a menos, aunque para el “Sheriff”, las épocas cambian y no se pueden comparar, aunque eso sí, subrayó que es lo que hacía tan especial este tipo de choques en su momento.
“Son diferentes etapas, momentos y planteles. Sería muy fácil caer en que mi época fue mejor y no quiero caer en eso porque todos los Clásicos tienen su sabor y su momento. Es una realidad que hace diferencia que en aquellos tiempos había más jugadores salidos de fuerzas básicas de los dos equipos y quizá por eso era una gran pasión que marcaba diferencia de un Clásico o de una época a otra”, detalló, y agregó que fue lo que más disfrutaba cuando llegaba la hora de la campaña en la que tenían que preparar el cotejo contra las Águilas.
“Lo que más disfruté era el ambiente y todo lo que lo rodeaba. Es anormal cuando hay un partido diferente. Cuando jugábamos contra otro rival, en los entrenamientos no había gente y en esta previa -la del Clásico-, toda la semana estaba llena la tribuna del Club Guadalajara, de la cancha Tolán. Disfrutaba todo ello, lo que era la fiesta previa a eso también lo recuerdo con afecto porque era de entrevistas, apuestas y pedida de boletos de parientes”, relató.