Cuando se piensa en las figuras de un club como América, puede que lo primero que traiga a la mente sea a grandes figuras extranjeras. Argentinos, brasileños, chilenos, toda una variedad de futbolistas foráneos que han desfilado por el Nido y dejaron su huella particular.
Sin embargo, existe un selecto grupo de jugadores que se hicieron en Coapa, triunfaron y se inmortalizaron en dicha institución, ya sea para terminar ahí su carrera o bien, dar el salto al futbol del viejo continente.
Hoy, el turno de brillar es para Sebastián Córdova, un joven de 22 años que tuvo que dejar muy joven su natal Aguascalientes y llegar a la capital con la firme convicción de ver cristalizado su sueño, mismo que hoy vive intensamente en este club.
“Estoy muy feliz y agradecido por todas las oportunidades que me han dado. Todo comenzó a los 14 años que me vine para acá. Estuve en Sub-15 y Sub-17 con América; me tocó ir a Oaxaca seis meses, regresé, fui a Necaxa otros seis meses y luego volví a América. Soy muy feliz”, confesó sonriente durante una amena charla con ESTO.
Cuando Córdova echa el tiempo atrás y recuerda como inició todo, se le mira satisfecho, convencido de que cada paso dado tuvo una razón de ser y que aceptar la propuesta que Jesús Ramírez le hizo fue lo mejor que le pudo pasar en la vida.
“Fue en unas visorias que se llamaban ‘El Campo de los Sueños’ de la Liga BBVA. Ahí fue Chucho Ramírez, él era el visor. Fueron a Aguascalientes, ahí me vio, me pidió mis datos; después de un mes me habló, no me tocó ir a una gira por España, pero me dijo que si quería jugar en América y le dije que obviamente sí. Así fue como llegué a la capital desde los 14 años”, rememoró.
Para un jovencito de su edad no era una determinación sencilla dejar todo para mudarse a la Ciudad de México y luchar por sus objetivos. Atrás quedarían los amigos, la escuela y su propia familia, la cual Sebastián reveló que no fue un impedimento para mudarse, por el contrario, siempre le brindaron el apoyo necesario.
Los azares del destino le pintaron el camino a Sebastián Córdova de diferentes tonos. Por un momento, el rojo y blanco de Necaxa apareció en su sendero, pero al final, el azulcrema terminó por imponerse