Su proyecto comenzó en diciembre de 1954, en respuesta al interés del gobierno de la Unión Soviética por construir un complejo deportivo ante la destacada actuación de los atletas soviéticos en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952.
El primer desafío para su construcción fue la ubicación, ya que se requería de un área grande y en zona verde, pero no muy lejos del centro de Moscú, para aprovechar la red de transporte capitalino.
En 1956, en Luzhnikí, a cinco kilómetros del Kremlin, se dio inicio a la construcción del estadio más grande de Rusia y principal sede de la Copa Mundial de 2018.
Actualmente, tras su tercera remodelación y debido al frío extremo de Rusia, la cancha tiene césped artificial y está rodeada por una fila de gradas, para las cuales, se tuvo que eliminar la pista de atletismo. También se retiraron las columnas que rodeaban el nivel superior debido a que obstaculizaban la visión.
Aunque ahora es un recinto dedicado única y exclusivamente al futbol, su fachada histórica sigue intacta, ya que es considerada uno de los emblemas de identidad de Moscú. El nombre de Luzhnikí se traduce al español como “Los prados”, en referencia a los terrenos que se inundan en la curva del río Moscova.