Tigres y Chivas se neutralizaron en el primer capítulo de la gran final del Clausura 2023. Un juego cerrado, de pocas chances en los arcos. Con unos felinos que quisieron pero no pudieron y con un Guadalajara que resistió una dura visita al “Volcán”. 0-0 marcador.
Los de casa se hicieron de la posesión del balón. Aprovechando su momento más dulce, cualquier avance debió pasar por los botines de Sebastián Córdova. Sebas, al momento de encontrarse por su costado con Diego Lainez, la ofensiva universitaria se potenció y gozó de mucho más dinamismo. Entre viejos americanistas te veas.
Esa combinación generó mella en una zaga rojiblanca a la que su “pastor” Veljko Paunovic no lo movió tanto en relación al Clásico Nacional. Solo la aparición desde el arranque de Mozo, junto a los inamovibles “Pollo” Briseño, “Tiba” Sepúlveda y el héroe de aquel último compromiso en el Azteca, Orozco Chiquete.
El Rebaño Sagrado batalló demasiado para poder rebasar el medio campo con pelota controlada. Casi siempre Vega o Guzmán recibieron de espaldas al arco rival y muy alejados de zona de peligro. De hecho, la más clara que tuvo la visita en los primeros 45 minutos se generó a través de un error de Reyes, quien resbaló y le otorgó la redonda al “Conejo” Brizuela. El disparo del jugador del chiverío acabó yéndose muy por encima de la cabaña defendida por Nahuel Guzmán.
Tigres presionó alto, buscando forzar la pifia del Guadalajara en la salida y cerca se quedó de conseguir el cometido. Briseño quiso reventar la esférica, pero lo único que hizo fue sacar un espantoso rebanón que acabó estrellándose en el larguero. Vaya susto para el elenco jalisciense que basó su juego en la solidez defensiva y buscando desdobles a velocidad que a cuentagotas llegaron.
Para el complemento, Paunovic buscó algo diferente. Un revulsivo, así que poco le importó prescindir de gente con jerarquía en el plantel como Vega, Brizuela y Guzmán. Del otro lado también hubo ajustes con Robert Dante Siboldi y es que el uruguayo envió todo el arsenal ofensivo que tenía reservado en el banquillo. Los elegidos fueron “El Diente” López y Nico Ibáñez. Por cierto, en esos ajustes ya no tuvo cabida el francés En esos ajustes ya no tuvo cabida el francés André-Pierre Gignac, de noche complicada al estar bien custodiado por los centrales tapatíos.
Si lo del primer lapso había sido escaso, lo de la segunda parte anduvo en el mismo tono con las acciones más cargadas hacia el lado de los norteños, pero tampoco sin crear gran lío bajo los tres palos del “Wacho” Jiménez. Todo se finiquitará el próximo domingo en el Estadio Akron. La final está para cualquiera, solo es necesario que cualquiera de estos dos se quite las ataduras y desee la gloria total en 90 minutos, en el alargue o en la agonía que representan los tiros de penal.
Publicado originalmente en ESTO