Botas cafés y pantalón de mezclilla, un regio aparece en escena, seguramente de Guadalupe o San Nicolás de los Garza. Eso da igual. Su estado es el mismo. El personaje no revela su identidad, tampoco al equipo al que alienta, sin embargo, está seguro de que “arriba está el norte”.
Y tiene razón, el mapa no miente, los títulos tampoco. Tigres y Rayados arrasan con todo a su paso. En el 2019 el futbol mexicano fue de ellos.
El regio, cubriéndose del sol con su infaltable sombrero, camina firme, desafiante. ¿Quién detiene al poder del norte? ¿La capital?, sólo América compite.
Cruz Azul tiene más problemas que soluciones, mientras que Pumas lleva años sin destacar, popular todavía lo es, pero grande, se debate.
Si el centro del país flaquea, ¿entonces quién? ¿el Occidente? Las Chivas 2020, creadas como en laboratorio por Ricardo Peláez, amenazan con llegar a las últimas instancias, al menos eso indican sus refuerzos. Atlas no, los Zorros llevan dos años sin estar en la Liguilla, lo de ellos se limita a ganar el Clásico Tapatío y tal vez darle algún susto a los de arriba. No más.
El regio ríe, él sabe que pocos están a su nivel. Lo sucedido en 2019 así lo prueba.
Santos, de su misma zona, sí lo pone firme. Los laguneros, a 340 kilómetros de distancia, les compite a sus equipos.
¿El Bajío? ¿León, Morelia, Querétaro, Necaxa o San Luis?, luce complicado.
Los esmeraldas de Nacho Ambriz, si mantienen el estilo y mejoran en la fase final, son candidatos, sin embargo, por planteles, no están a la par de las dos escuadras de Nuevo León.
La tarde cae irremediablemente, el sol empieza a calmarse. “No le busquen, Monterrey manda”, insiste.
No hay forma de contradecirlo. Rayados se llevó la última liga y Concacaf, mientras que Tigres lo demás.
“Y también las mujeres, no las olviden”, dice el regio quitándose el sombrero y poniéndolo en el pasto. Es cierto. Rayadas y Tigres imitaron a los equipos varoniles y arrasaron con todo a su paso, de manera espectacular. El dominio norteño en la liga femenil es más marcado. El personaje se aleja, deja las botas en el pasto y se va. El reto esta ahí. Todos contra el norte.