El Barça dejó vivo al Lyon en la ida de los octavos de final de la 'Champions' (0-0) y evidenció su falta de gol frente a un rival que plantó cara en el primer tiempo, pero que estuvo a merced de los azulgranas en el segundo, cuando los de Ernesto Valverde asediaron la meta de los franceses.
Todo se decidirá en el Camp Nou, en un partido en el que a los azulgranas les faltó precisión y puntería. Mereció más el conjunto catalán, pero el Lyon, un equipo alegre, también tuvo sus opciones, especialmente en el primer tiempo.
Advirtió a su equipo de que tenía que salir con la guardia alta y Ernesto Valverde mandó una señal desde la alineación. Puso a Sergi Roberto como centrocampista, en lugar de Arturo Vidal, y el Barcelona jugó con su esencia, a controlar el partido, presionando arriba y a forzar las pérdidas del rival.
Pero el Lyon es uno de los representantes de los jóvenes equipos europeos, un Ajax a la francesa, un conjunto con una baja media de edad y que por lo tanto juega con descaro, sin miedos, tiene recursos y es capaz de ponerle las cosas difíciles a cualquiera, como demostró hoy con el Barça.
De hecho, las dos primeras acciones fueron dos jugadas claras para los de Bruno Genesio: un remate de Houssem Aouar (min. 5) y sobre todo otro de Martin Terrier (min. 9), que dio en el travesaño, tras sendas intervenciones de Ter Stegen.
El Barcelona adelantó sus líneas y presionó muy arriba al rival. Buscaba forzar el error, cocer su fútbol a fuego lento, sin prisas. Messi miraba las diagonales a su izquierda para Alba y Dembélé, Sergi Roberto apoyaba a Semedo por la banda derecha y Busquets ejercía de metrónomo.
Pese a que le fallaba la precisión (2/13 en el primer tiempo), los de Valverde apuntaron con remates de Messi, Rakitic y Dembélé, pero a los azulgranas les faltaba afinar y el rival tenía cada vez menos el balón.
El grito de gol se ahogó en Anfield
El Bayern Múnich logró un valioso empate (0-0) en campo del Liverpool, este martes en el partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones, aunque sigue son ganar en Anfield.
El Bayern apostó por dar la iniciativa al Liverpool. El técnico del equipo inglés, Jurgen Klopp, apostó por un 4-3-3, con Mohamed Salah, Roberto Firmino y Sadio Mané en punta.
El Bayern Múnich, por su parte, decidió dejar un poco más solo a Robert Lewandowski en ataque, aunque respaldado unos metros más atrás por James Rodríguez, Kingsley Coman y Serge Gnabry.
Los españoles Thiago Alcántara y Javi Martínez apoyaban en la medular a esos jugadores de mayor corte ofensivo.
Pero los Reds, a los que el público de Anfield llevaba en volandas, dominaron casi toda la primera parte, con ocasiones de Salah, por partida doble, Mané, Naby Keita y Joel Matip.
La peor noticia para el Bayern fue que su lateral derecho, Joshua Kimmich, recibió una tarjeta amarilla mediada la primera parte, que le hará perderse el partido de vuelta con el Bayern en Múnich, el 13 de marzo.
El Bayern asistía impotente a las continuas llegadas del Liverpool, en las que Firmino aparecía como invitado de las acciones peligrosas de sus compañeros, ya que se dejó ver poco el brasileño.
El equipo alemán, por su parte, apenas inquietó, con un Lewandowski apagado, llevando peligro en solo dos acciones que protagonizaron Coman y Gnabry.