Londres, Inglaterra.- El Wolverhampton devoró ayer al Espanyol con tres goles del portugués Diogo Jota y dejó prácticamente sentenciada la eliminatoria con un amplio marcador de 4-0.
En una de sus cabalgadas, Adama Traoreforzó un córner y él mismo se colocó para lanzarlo. Lo hizo en corto para que Joao Moutinho pusiera una rosca al primer palo, donde apareció Jiménez para peinar; el balón se coló entre la defensa blanquiazul y Jota, en el corazón del área, remató con pierna derecha con tan buena suerte que su disparo tocó lo justo en la cadera del capitán Víctor Sánchez para el gol.
De errores iba la cosa y Rui Patricio estuvo a punto de cometer uno de los peores de la temporada. Intentó despejar con el pie un balón llovido y falló, haciéndose un lío y perdiendo de vista el balón. Ferreyra lo vio y corrió a por la pelota, encontró el cuero, pero su disparo lo sacó una increíble mano del arquero portugués.
Primero, Rubén Neves se encontró con un flojo rechace en la frontal del área, embolsó el balón y sacó una volea impecable. Después, una buena combinación del Wolves terminó con Jota bregando con Gómez dentro del área y sacando un disparo mordido que se coló por el primer palo de Prieto.
Para redondear la goleada, Jota hizo su hat trick con un disparo raso desde la frontal.
Pudo ser incluso un castigo de mayores magnitudes, si un disparo de Pedro Neto desde fuera hubiera ido para dentro en vez de estrellarse en la cruceta.
El 4-0 deja al Espanyol a un paso de la eliminación y preparado para centrarse en su verdadero objetivo, evitar el descenso en la liga española.
Además, el Espanyol no podrá contar para la vuelta con Iturraspe, después de que el centrocampista se enfrascara en un rifirrafe con Jota.
La vuelta, el próximo jueves.