México sufrió en su presentación dentro de la Copa del Mundo Sub-17 Femenina. Con una pobre exhibición en el estadio Cibao de República Dominicana, el equipo de Jimena Rojas fue goleado 4-1 por un cuadro de Corea del Norte que no se cansó de bombardear el área mexicana durante los 90 minutos.
El Tricolor debutó con miedo y pocas ideas, mientras Corea del Norte no necesitó de varias llegadas para inclinar el marcador a su favor.
Antes del primer cuarto de hora, Rim Jong adelantó a su equipo con un remate que se coló a la red con un túnel a la guardameta mexicana Camila Vázquez.
La desconfianza se apoderó de la zaga tricolor por la forma tan fácil en la cual el rival mancilló su meta y de ahí comenzó la debacle.
Tan solo diez minutos más tarde, Corea duplicó su ventaja con el gol de Choe Il Son, que minutos más tarde salió lesionada.
La desatención del equipo mexicano fue aprovechado por el rival que puso el tercero en su cuenta desde un saque de banda.
Daniela Gallejos dejó libre todo el sector derecho del área tricolor y Jong apareció sola para controlar y cruzar su disparo para el tercero de la tarde. México caía goleado en Santiago de los Caballeros en menos de 35 minutos.
México intentó reaccionar, pero Corea del Norte les pasó por encima
La única repuesta del conjunto azteca llegó hasta los instantes previos al descanso. Alexa Soto sirvió a Citlalli Reyes con un pase bombeado que la dejó entrar libre de marca al área norcoreana y la camiseta número 20 solo tuvo que definir ante Gyong.
La anotación se revisó por un posible fuera de lugar y, después de varios minutos de nerviosismo, la silbante dio el gol por bueno.
Para el complemento, el conjunto asiático salió sin piedad alguna en el ataque. No solo llegaron al área mexicana en repetidas ocasiones, sino que pusieron a prueba los reflejos de Camila Vázquez, quien soportó los embates hasta la recta final del encuentro.
A cinco minutos del tiempo reglamentario, Rim Jong se dio el lujo de poner el cuarto gol para las norcoreanas y de pasó firmó su hat trick.
Jimena Rojas y el resto del banquillo mexicano no tuvieron más remedio que llevarse las manos al rostro y resignarse a esperar el silbatazo final que acabó con el calvario.
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