Chivas estaba tuvo que sobrevivir a una montaña rusa para obtener su segunda victoria consecutiva. El Guadalajara estuvo en la lona muy temprano y perdió a su mejor hombre casi al mismo tiempo, supo reponerse del error de su arquero para remontar el marcador parcial y terminó sufriendo para derrotar a Necaxa. La noche en Zapopan fue de locura.
El Guadalajara demostró que sabe sufrir, aunque abusó de ello al final del encuentro. Raúl Rangel puso a su equipo contra las cuerdas en el primer suspiro del partido. Algunos en las gradas aún continuaban buscando sus siento cuando el arquero que esta en la pelea por un lugar titular en la Selección Mexicana regaló el primer gol en una jugada de rutina. El ‘Tala’ atacó un corner con miedo y Badaloni encontró el marco abierto.
El gol no fue un golpe solitario en las aspiraciones rojiblancas. Antes de cumplir los primero 10 minutos, Roberto Alvarado abandonó a su equipo contra su voluntad. El futbolista más redituable del Guadalajara en el Apertura 2024 salió por lesión y dejó la moral de sus compañeros por los suelos.
El ‘Pocho’ Guzmán entró al quite, se puso el gafete de capitán y dirigió al equipo como eso, como un líder. Chivas se curó la herida con el aliento de su gente y comenzó a ser protagonista, aunque no consiguió igualar el marcador.
La segunda mitad arrancó con fuerza desde el banquillo. Arturo Ortega envió un mensaje claro con el ingreso de Cowell y Padilla. El ‘Vaquero’ entró conectado con sus compañeros, la ausencia de semanas fue olvidada en cinco minutos con el empate. El festejo de gol fue reflejo de la resiliencia del ariete californiano.
Aún seguían los festejos del primer tanto cuando Ricardo Marín concretó la remontada rojiblanca con un gol de fantasía, de esos que pocas veces se le han visto al delantero mexicano. Pese a la marca, el ‘4K’ remató de ‘taquito’, de espaldas al arco, al poste más lejano de Unsain, el Akron fue una fiesta.
El ‘Pocho’ no se podía quedar fuera del festín. El hombre que fue el motor del equipo tapatío no desaprovechó el momentum que Chivas tenía y puso el 3-1, ese que hizo gritar al tímido Arturo Ortega en el banquillo tapatío. Con un poco más que suerte, Guzmán remató de volea y su disparo se estrelló en el césped, para su fortuna, el balón se coló al fondo de la red de Unsain por los aires.
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Pero fue mucho orden para Chivas, ese al cual no están acostumbrados vivir con mucha frecuencia en el actual torneo. El ímpetu de atacar y acrecentar la goleada dejó espacios en la última línea del Rebaño y Ricardo Monreal quedó mano a mano con Rangel. El arquero rojiblanco ya venía con desconfianza por su error en el primer tiempo y su tímida salida no fue suficiente para evitar el 3-2 que fue definitivo. Chivas escaló posiciones y el sueño de meterse a Liguilla sin pasar por el Play In toma fuerza.
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