Los caminos de Jorge Cantú y Diablos Rojos del México al fin pudieron cruzarse y el cañonero tamaulipeco jugará con la novena capitalina a partir de la temporada 2019, que iniciará el 4 de abril en la Sultana del Norte.
El famoso “Bronco” estuvo cerca de ser firmado por los Diablos Rojos, pero fueron los Tigres capitalinos, quienes se adelantaron y lo enviaron a Grandes Ligas con las Mantarrayas de Tampa Bay.
Tras jugar durante ocho años en la gran carpa con equipos como Tampa Bay, Cincinnati, Florida, San Diego y Texas, emigró a Corea para jugar con los Doosan Bears regresó a México para vestir la franela de los Tigres de Quintana Roo, quienes por problemas económicos en el 2016 lo enviaron a Tijuana con los Toros, dónde jugó hasta el 2018.
“Vengo a ser campeón con los Diablos, no por nada es la organización con más títulos en el beisbol mexicano, además estrenarán un estadio que está fabuloso”, expresó Cantú.
Jorge está casado con la conductora de televisión Cynthia Urías con quien tiene dos hijos y son una gran familia que pasan la mayor parte del tiempo juntos.
“Mis hijos siempre me preguntaban en estas fechas ¿papá te vas a ir? Y yo les contestaba que sí, me dolía dejarlos, aunque ellos me visitaban seguido en Cancún y en Tijuana. Ahora ya no tendré que hacerlo, ya les dije y no me creyeron, porque todavía el más pequeño me dice: ¿en serio no te vas a ir?”.
AÚN NO ES TIEMPO
El 30 de este mes cumplirá 37 años, se siente en perfectas condiciones para ayudar a los Diablos Rojos, aunque no depende de él, sino de la directiva que podría cambiarlo –algo que se ve muy difícil-, sus intenciones serían de retirarse con la novena capitalina, aunque aclaró que espera jugar varias temporadas más.
En su opinión, para que un equipo sea grande, necesita tener muy buena armonía en el vestidor y él tratará de motivar a los jóvenes para que los resultados sean positivos en el terreno de juego.
NI MODO
En los últimos años ha utilizado el número 3, pero Diablos lo tiene retirado, al pertenecer a José Luis “Borrego” Sandoval, decidió optar por el 8 que fue el número que tuvo en su niñez.
“Yo la primera vez que vi beisbol fue en la tele, yo tenía como seis años cuando le dije a mi mamá que quería jugar. Ella investigó y me llevó a una liga pequeña de Reynosa, donde me lanzaron unas pelotas y yo les pegue a todas. Él señor que me lanzó las pelotas, le preguntó a mi mamá: ¿de qué liga viene?, cuando yo nunca había jugado beisbol, menos agarrado un bat”, comentó el “Bronco”, quien recibió el Premio Nacional del Deporte en 2005, de manos del presidente Vicente Fox.
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Su posición en el terreno de juego será la primera colchoneta y de vez en cuando estará como bateador designado, en caso de que Diablos traiga a Japhet Amador, quien tiene ofertas de Corea y Japón.