Armando “Borrego” Sánchez es tajante: “México está a 20 o 25 años de distancia” de las grandes potencias en la natación mundial.
El que fuera entrenador nacional de natación, hace un balance de esta disciplina en entrevista especial con ESTO, y sus conclusiones resultan desgarradores al dejar al descubierto la realidad de la natación mexicana.
-¿A cuántos años de distancia está México de las grandes potencias de la natación mundial?
La pregunta es directa, contundente, pero la respuesta lo es más: “Podemos analizarlo con diferentes indicadores. Si tomamos como referencia el nivel de marca mundial en porcentaje, podemos decir que estamos entre 20 y 25 años por detrás de la élite mundial”.
Ahora bien, explica, “si ponderamos el comparativo con el análisis por pruebas, ramas y especialidades, nos daremos cuenta que en algunas nos encontramos más cerca de ese nivel que en otras. Por ejemplo, el mejor nadador mexicano en los 1500 metros se encuentra a unos 12 a 15 años del nivel mundial, mientras que en pruebas de media distancia esta diferencia es considerablemente mayor”.
Con esto, Armando también explica la situación del país contra las potencias mundiales.
“Antes que nada habríamos de puntualizar que -quizá- México no necesariamente deba aspirar a competir de tú a tú contra las 8 mejores potencias del mundo (EU, Australia, Alemania, Japón, Hungría, Rusia, Inglaterra, Francia) ya que serían necesarios cambios estructurales, culturales, económicos y científico tecnológicos, que en mediano plazo no estarían a nuestro alcance. No obstante, creo que México puede aspirar a ser competitivo en el contexto de elite mundial, pudiendo clasificar más de 10 nadadores a cada edición de Juegos Olímpicos o Campeonatos mundiales con marca A -de alto rendimiento-, aspirando a tener uno o dos finalistas”.
Armando Sánchez mejor conocido como el “Borrego”, es una pieza importante en conocimientos científico, teórico y práctico de la natación.
Catedrático de la Licenciatura de Entrenamiento Deportivo de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Armando platicó que es un deporte de muy alto nivel científico y tecnológico.
“Por lo que el nivel y velocidad de avance depende en gran medida de la capacidad de un país de incorporar conocimientos, estrategias y metodologías de carácter científico de vanguardia a todos los procesos que intervienen en la formación deportiva, desde enseñanza básica, iniciación deportiva, detección, y desarrollo de talentos, entrenamiento específico por categorías y ramas”.
Aunque no se han visto grandes logros a nivel internacional, sería incorrecto suponer que no ha habido un desarrollo en este deporte.
“Ciertamente, aunque no ha sido del nivel en que el mundo avanza, lo cual nos pone en desventaja, pero la natación ha mejorado en cantidad y calidad, aunque por debajo del crecimiento mundial”.
Con más de 33 años en la enseñanza de la natación, expresó que hay talento en el país, por ello han salido medallistas como el “Tibio” Muñoz, entre otros.
“El talento está, cada año hay quienes nos sorprenden con sus resultados. Sin embargo, eso no alcanza para ser competitivos en el contexto internacional. Por eso se requiere captarlos y desarrollarlos de forma estratégica y sistemática. Crear las condiciones propicias para que puedan prepararse y estén en igualdad de oportunidades de competir mundialmente”.
Armando comunicó que se requiere de apoyos para generar mejores condiciones y sean capaces de potenciar ese talento en resultados concretos.
“Apoyos estratégicos para quienes realmente son talentos. Clasificados mediante metodologías científicas. Hay becas a veces para los que ganan competencias que no siempre son realmente lo más talentoso. Faltan especialistas en ciencias aplicadas, médicos, fisiólogos, nutriólogos, psicólogos. Se ha mejorado, pero estamos lejos de contar con suficientes especialistas. El nivel de especialización es aún insuficiente para ser competitivos. Dentro de todas las condiciones necesarias para aprovechar el talento, el aspecto más critico es la capacidad para organizarnos de forma estratégica y optimizar los recursos (humanos y materiales) que hay en el país”.
Dijo que la capacidad de organización a nivel institucional es una visión, por lo que se deben unificar los esfuerzos e inversiones con políticas congruentes y sinérgicas en torno de un propósito.
“Subrayando enfáticamente la necesidad de garantizar continuidad y seguimiento a los proyectos, sobre todo para aquellas acciones que se consolidad en el mediano y largo plazo. Pero nuestra cultura de inmediatez y coyuntural no ha permitido que grandes proyectos se cristalicen y transformen en resultados de relevancia”.
¿Las extremedidades corporales de los mexicanos no son las adecuadas para formar a un buen nadador?
“Sin duda, todos sabemos que hay muy diversos ‘Méxicos’, es decir, que nuestra diversidad cultural y raíces étnicas permiten encontrar cualquier bio y fisiotipo, así que esa no es más una limitante. Se requiere hacer una búsqueda con apoyo de conocimientos y metodologías científicamente sustentadas. En la natación internacional existen pruebas que no requieren gran altura, como las de pecho, los eventos de fondo y de aguas abiertas. Y en la natación competitiva es mucho más relevante encontrar nadadores con proporciones corporales idóneas (brazos largos, manos grandes en relación al tamaño de su cuerpo y estatura) y no solo pensar en dimensiones corporales grandes o largas. Cuando una persona no es alta, si tiene manos y brazos proporcionados al tamaño de su cuerpo, podría ser apto para competir”.
¿Por qué los mexicanos compiten para superar sus marcas y no en ganar?
“Hay que diferenciar lo que se llama preparación psicológica y educativa, a la preparación psicológica para el rendimiento óptimo en un evento determinado. Si un nadador llegara a creer que solo si gana valió la pena su trabajo, sería muy difícil asimilar los niveles de frustración que este deporte conlleva. Sobre todo pensando que, el proceso de entrenamiento a largo plazo en la natación dura -en promedio- quince años de trabajo. Sin embargo, debemos mantener un equilibrio en la preparación psicológica, donde se eduque al nadador para entender que el camino es largo. Y que cuando no siempre pueda ganar, puede seguir mejorando su nivel competitivo. Este es un problema muy complejo porque ciertamente lo que más confianza da a un competidor es saberse el mejor preparado, razón por la cual es doblemente necesario crear esas condiciones en su preparación”.
¿Por qué algunos brillan en Juegos Centroamericanos y ya no en Panamericanos u Olímpicos?
“Es evidente que el nivel competitivo en natación es muy desigual y que, en el área centroamericana la competencia es mucho menor que a nivel Panamericano o Mundial”.
Hay muchas albercas en el país, ¿por qué no salen más deportistas para Juegos Olímpicos?
“Porque las mismas instalaciones están operando muy por debajo de su capacidad real, algunas con deficiencias administrativas que no les permiten ser auto-suficientes y en otras porque trabajan bajo una política exclusivamente de masividad bajo una visión únicamente mercantilista, pero sin programas de formación deportiva o de detección de talentos”.
¿Los programas también se quedaron en el pasado?
“Sin duda. En muchas instalaciones no existe siquiera un programa y en otras no se cumple en la práctica. Peor aún, cuando los mismos programas son tan deficientes, que de cumplirse no nos ayudarán a mejorar las condiciones de la práctica sistemática de la natación, no solo vista como deporte, sino también como parte integral de nuestra educación y salud”.