David Brown, el atleta invidente más rápido del mundo, ha estado acompañado en cada paso de su carrera por su guía Jerome Avery, pero el brote de coronavirus les ha obligado a separarse por vez primera en seis años de entrenamientos y competiciones juntos.
Muchos corredores pueden seguir entrenándose de manera normal en estos tiempos de distanciamiento social y físico, pero no es tan fácil para los que carecen de visión y están obligados a correr en tándem con sus guías, con sus manos unidas por una banda de 30 centímetros.
Aunque Brown y Avery no pueden trabajar ahora a su manera habitual, no están sentados inactivos y siguen trabajando en su objetivo de defender su título olímpico el próximo año en Tokio.
"Tenemos que hacer algunas adaptaciones", dijo Brown, que tiene el récord en los 100 metros para atletas totalmente invidentes, con 10.92 segundos, en una conversación telefónica con Reuters.
"Jerome, o mi entrenador (el excampeón olímpico de los 800 metros Joaquim Cruz), estarán a unos 50 o 60 metros, aplaudirán con fuerza y yo esprintaré hacia ellos", comentó.
Brown, que perdió la visión por la enfermedad de Kawasaki, que le causó un glaucoma y ceguera total cuando era niño, tiene menos confianza cuando corre solo.
"Correr con un guía es como el día y la noche comparado con lo contrario", afirmó. "Correr yo solo, aunque sea capaz de hacerlo recto, me genera dudas porque entran en juego diferentes factores. (Por ejemplo), puede que no consiga oír a Jerome porque el viento me pegue fuerte en los oídos".
Ver a Brown y Avery correr juntos a toda velocidad en perfecta sincronía es como la poesía en movimiento. Y aunque Brown merece todos los aplausos que le lleguen, el papel de Avery no puede ser ignorado. Para empezar, el guía de Brown debe ser más veloz. Avery cumple ese requisito, con un tiempo personal de 10.17 en los 100 metros.
Avery, de 42 años, dijo que se convirtió en guía tras darse cuenta de que, a pesar de su gran velocidad, no era lo suficientemente rápido como para ganar una medalla olímpica. "Me estaba haciendo mayor y sabía en mi corazón que para clasificarme para los Juegos y ser medallista tendría que estar corriendo en 9.9 o 9.8", afirmó.
Brown marcó un tiempo de 10.99 para ganar el título en los Juegos Paraolímpicos de Río de Janeiro 2016 y Avery cree que podría mejorar ese tiempo en Tokio.
"Si David está en su mejor versión, el cielo es el límite", comentó Avery. "Estará definitivamente preparado, como en Río.
Para ser honestos, sabía que íbamos a ganar (en Río) antes de salir a la pista". Avery es inspirado por su compañero.
"Estar junto a David me enseñó a ser mejor persona, superar obstáculos, comunicación, confianza. Cada día oigo cosas tan increíbles, historias que me cuentan madres con niños invidentes. Dicen que 'David me inspiró realmente'".