Rommel Pacheco busca la presea dorada en los Panamericanos

Por el momento está concentrado hacia los Juegos Panamericanos

Guillermo Martínez G. | ESTO

  · jueves 18 de abril de 2019

La fosa de clavados, su principal aliada. Teme retirarse de los clavados, porque le apasiona este deporte.

Es un niño de casi 33 años de edad.

Le gusta jugar y ser consentido por sus allegados.

Es campeón del mundo en trampolín, su principal especialidad. Pero también defiende al país al ser Sargento Primero del Estado Mayor Presidencial.

El clavadista Rommel Pacheco es un ícono de esta especialidad, su nombre está en las vitrinas internacionales, algo que lo enorgullece. Por lo que ahora quiere llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde posiblemente diga adiós a su exitosa trayectoria deportiva.

“Aunque todo puede suceder, así lo dije para los Juegos de Río 2016, y sigo haciendo lo que más me gusta. La verdad que estoy cansado, son muchas competencias, viajes, pero a la vez me motivo más cada que entreno. Sin duda el conquistar la medalla olímpica es lo que me hace levantarme y seguir perfeccionando los clavados”.

Por el momento está concentrado hacia los Juegos Panamericanos, donde se quiere consagrar en el trampolín, ahora que esta modalidad fue incluida en la justa.

“Serán mis quintos Juegos, en donde he sido tres veces campeón. Al momento sigo siendo el único mexicano con un clavado perfecto que hice en Guadalajara 2011. Así que estoy con todas las posibilidades para lograr un oro en Lima”.

Rommel ha dado mucho por el país, se ha consagrado en un deporte que comenzó a los tres años de edad, primero en natación y luego en clavados.

“También he recibido mucho y eso me deja satisfecho, porque trabajo para hacer enorgullecer a mi país, a mi gente y al deporte. Es duro el camino, pero gracias a Dios he sabido responder. Tal vez me falte algo, pero continúo para conseguirlo. Esa es mi mentalidad de todos los días. No tengo alguna frase motivacional, simplemente levantarte temprano y llegar a la fosa a hacer lo que más me apasiona”.

El apodado cariñosamente “Popeye”, por ser su caricatura principal, no tiene claro qué es lo que hará cuando se retire del deporte. “Eso sí me intriga, tengo mi carrera universitaria, pero no sé a qué dedicarme. Los clavados han acaparado mi vida desde niño. Pero después de Tokio veré qué hago. Mientras tanto debo seguir preparándome para llegar de la mejor forma posible a las competencias que se acercan”.