Simone Biles volvió a ganar la medalla de oro en la Final de salto de caballo en la gimnasia femenina en los Juegos Olímpicos de París 2024 tras superar a las siete rivales que competían junto a ella. Con esto, la estadounidense ya suma su novena medalla olímpica en lo que va de su carrera.
En una de las tantas sesiones que siguieron después del torbellino de Tokio 2020, la psicóloga le pidió a Simone Biles que pensara en dos cosas que la tranquilizaran para tenerlas en la mente. La gimnasta se quedó pensando, pero no demasiado, entonces evocó su imagen en la playa y también el color rojo, como aquel tono que la tranquiliza, le da fuerza y la representa. No es casualidad, por lo tanto, que la estadounidense haya elegido un leotardo de ese color para el día en el que buscaba su tercera medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024.
El orden del día colocó a Biles en la prueba de salto de caballo. Tras los oros del All-Around por equipo e individual, la gimnasta salió a la arena con la potencia que impone su figura. El escándalo es mayúsculo cuando las pantallas la enfocan y ella suele responder con algún gesto.
Acostumbrada a tener los reflectores encima, la transformación de Biles se descubre en su sonrisa. La gimnasta sigue inmersa en la presión que impone su talento, pero ha aprendido a vivir con eso.
Una especie de silencio se aparece en la arena cuando la gimnasta toma su lugar en la pista, como un avión que va a despegar. En realidad el procedimiento es el mismo. La fuerza de su carrera antes del salto es capaz de acelerar los pulsos. De pronto el público se encuentra inmerso en su dinámica y a mil por hora acude al momento cúspide, el que vinieron a ver. Simone se impulsa y vuela por los aires. En su primer intento protagoniza varios giros. Que parecen imposibles de contener cuando llega el aterrizaje, la inercia la hace dar un paso hacia atrás pero.
El alto grado de dificultar de los elementos que dibuja por aires bien vale el hecho de prescindir de la estética de una caída limpia, como una estaca que se clava. La gimnasta destaca el delirio del público con su primera calificación, un 15.700 sublime, imposible de alcanzar. Ni ella misma lo logra en su segunda ejecución, con un 14.900 que en promedio le deja un 15.300 que bastará. Más adelante, para consagrarse como la campeona de la prueba. Biles lo sabe, y en cierto modo todos en la arena también.
¿Cuántas medallas tiene Simone Biles en Juegos Olímpicos?
Lo único que faltaba era aguantar el embate de la brasileña Rebeca Andrade, férrea rival desde el All Around. Rebeca cautivó con salto y sus aterrizajes, pero no le alcanzó para quedarse con el primer puesto, al cosechar un total de 14.966. El bronce se lo quedó la norteamericana Jade Carey, con un total de 14.466.
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Biles sumó su medalla de oro número siete en Juegos Olímpicos, esa especie de consolidación que la esperaba de ella hace tres años, y que ha podido encontrar en París, más profunda y más real, como suelen ser las sonrisas.
Publicado originalmente en ESTO