Simone Biles era la gimnasta favorita para ganar la medalla de oro en la rutina de piso en gimnasia artística en los Juegos Olímpicos París 2024, pero dos errores le permitieron a la brasileña Rebeca Andrade, de 25 años, coronarse y dejar a la atleta estadounidense en segundo sitio.
Andrade logró su cuarta medalla en el Estadio de Bercy, primera de oro, con 14.166 puntos. Biles se quedó en 14.133 por salirse dos veces del tapiz en su rutina y el bronce fue para la también estadounidense Jordan Chiles con 13.766.
Rebeca Andrade, enfundada en un maillot verde brillante, y consciente de que sus maltrechas rodillas quizás no le dejen repetir muchas más rutinas olímpicas de suelo, dejó el alma en el practicable.
Su artístico ejercicio, donde sonaron acordes de la canción funk "Baile de Favela", le valió 14.166, que acabaría siendo de oro.
Los focos eran entonces para una exultante Andrade, que tras más de una semana de solvente competición en París -con un bronce histórico por equipos con Brasil y dos platas-, tuvo al fin su recompensa dorada.
El segundo oro olímpico para Andrade, que se suma a su triunfo en salto de hace tres años en Tokio, llevó al delirio a la animada hinchada verdeamarilla, que llevaba una semana esperando para cantar, al fin, su himno en el Arena Bercy.
Andrade subió al podio mientras fue recibida por la reverencia de Jordan Chiles, bronce, y Simone Biles, que siempre ha señalado a la brasileña como su rival más temida.
Con un balance total de seis podios olímpicos, la paulista volvió a hacer historia al convertirse en la mayor medallista olímpica de su país.
Simone Biles se queda sin récord en su despedida de París-2024
Venía del infierno de Tokio buscando su redención y Simone Biles se va de París con cuatro medallas, tres de oro, tras una última jornada en la que recordó que es una deportista espectacular, pero también humana.
Antes de la rutina de piso, Simone Biles cayó de la viga de equilibrio y no subió al podio por primera vez en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Poderosa y serena desde su llegada a París, Biles llegaba a despedirse de estos Juegos de la "redención" con la oportunidad de igualar a la leyenda de la gimnasia Larissa Latynina y a la nadadora estadounidense Katie Ledecky, las mujeres con más oros olímpicos.
Pero como la dura experiencia de Tokio, donde padeció un bloqueo mental que le quitaba las referencias en el aire, se encargó de demostrar que la gimnasta más condecorada de la historia no es una máquina.
La misma viga de equilibrio que le dio en Tokio su única medalla individual de aquella competición maldita para ella, este lunes acabó con las expectativas de récord de la ganadora de 23 títulos mundiales, que cayó y puso pie en el suelo durante su rutina en esta exigente barra de 10 centímetros de ancho.
Una Arena Bercy de nuevo repleta y entregada a la gimnasta más condecorada de la historia, soltó un suspiro de congoja mientras Biles trataba de reconducir un ejercicio que acabaría dejándola en la quinta posición.
Tampoco Andrade consiguió brillar y terminó cuarta una final que conquistó la italiana Alice D'Amato.