Hasta el último aliento...
El rostro desencajado, la mirada perdida, las pulsaciones al máximo, el hambre de ganar, de llegar, de trascender. Cruzar la meta siempre fue el objetivo de los más de 1,500 participantes en la primera Carrera de El Sol de San Luis, en el inicio de los festejos de su 65 Aniversario.
La mañana es fría. La cantera y los adoquines del Centro Histórico, van cediendo poco a poco a los rayos del sol que asoman pasadas las seis de la mañana; se afinan los últimos detalles del recorrido, se prueba el sonido, se instala la meta, la plataforma para el grupo, se cierran las calles y empiezan a llegar los primeros entusiastas deportistas madrugadores.
Solo ello se atreven a quitarse la chamarra y quedarse en camiseta y shorts. Tiemblan, cruzan los brazos, mueven las piernas, ven el reloj, quieren que todo empiece. Le chiflan al conductor que dará la señal de arranque y que alarga el tiempo. Finalmente dan las ocho y todo comienza. Se escribe la historia, la primera carrera de El Sol de San Luis.
Las sirenas de las patrullas le ponen espectacularidad al inicio; la expectación crece ante los kenianos que toman los primeros lugares, espigados, serios, acostumbrados a ganar. Se les pegan los mexicanos, con un corazón enorme, hechos para los retos, para competir, para no dejarse apantallar por nadie.
El gobernador Juan Manuel Carreras y el director general adjunto de Organización Editorial Mexicana (OEM), Francisco Torres Vázquez, encabezaron a los cientos de corredores al inicio del imponente recorrido por las calles potosinas; ahí, en la masa multicolor, estaban funcionarios, deportistas de alto rendimiento, académicos, jóvenes, niños, adultos mayores; todos estaban ahí.
No pasaron más de nueve minutos cuando el primer atleta ya estaba de vuelta. Arturo Israel Reyna Tristán, premio estatal del deporte, impresionó a todos, quienes apenas se acomodaban atrás de las vallas para esperar a los atletas, cuando su menudita figura cruzó la meta con los brazos en alto, tras haber recorrido tres kilómetros. Cuatro minutos después, el gobernador Carreras hizo lo propio.
Tres minutos en promedio, es el tiempo de Arturo Reyna, el juvenil que ha estado en campeonatos del mundo y que más que una promesa del deporte mexicano, es una realidad.
Lo espectacular se vio a los 32 minutos, cuando el número 478, el keniano Geoffrey Kenisi Bundi, dobló por Morelos hacia avenida Universidad, a una velocidad impresionante. Nadie le hacía sombra, su cuerpo trabajaba como una máquina, su rostro no tenía expresión y cuando, 38 segundos después cruzó la meta, su expresión de felicidad fue inocultable. Es el primer atleta en ganar la carrera de 10 kilómetros de El Sol de San Luis.
Más atrás en un honroso segundo lugar Miguel Hernández de Zacatecas y en tercer lugar el potosino originario de Rioverde, René Ortiz Morales, orgullo de la zona media y líder de un grupo de atletas que representa al municipio en diversos eventos.
“Corre abuelo corre”, le gritaba un niño orgulloso a Miguel Hernández de 68 años de edad, quien con pasito jonronero hizo todo el recorrido de tres kilómetros en casi una hora. Una señora empujaba la carriola con su hijo, mientras le platicaba a su amiga de los pormenores del concierto de Timbiriche de la noche anterior. Otro corredor con la rodilla vendada y el dolor reflejado en su rostro, cumplió el objetivo. Después de todo se trataba también de una convivencia familiar.
El director encargado de El Sol de San Luis, Ricardo Ortega Camberos, dijo en una junta recientemente: “en el Sol hacemos periódico, no carreras, pero en ésta le vamos a poner todo el empeño, toda la dedicación y todo el corazón para que la disfruten los potosinos”… Y así fue, un éxito que quedará en la memoria del deporte potosino y que seguirá escribiendo capítulos de emociones y aventuras.