Con los asientos vacíos, pero millones atentos desde sus hogares, quedaron inaugurados los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, luego de ser aplazados hace un año debido a la pandemia del Covid-19.
El evento oficialmente abierto por el emperador japonés Naruhito y el pebetero, encendido por la tenista Naomi Osaka, ya ilumina el cielo de Tokio, después de una ceremonia sin público en el Estadio Olímpico y con restricciones en el tradicional desfile de los deportistas.
A la ceremonia asistieron menos de mil personalidades y dirigentes para minimizar los riesgos de contagios, en un estadio con capacidad para 68 mil personas.
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En un mundo que sigue viviendo pendiente del Covid-19, la ceremonia tuvo un aire menos festivo al habitual, muy lejos del que se vivió en 2016 en Rio a ritmo de samba.
"Declaro abiertos los Juegos de Tokio", pronunció solemnemente el emperador Naruhito, según la fórmula consagrada para la ocasión, en lo que ya se han bautizado como 'los Juegos de la Pandemia'.
Naomi Osaka enciende llama olímpica
Un pequeño grupo de estudiantes llevaron hasta las manos de la tenista Naomi Osaka el fuego para encender el pebetero olímpico.
Hicieron un pequeño recorrido hasta donde estaba la recreación del Monte Fuji, para hacer un último relevo con la tenista.
Ella se colocó al pie de esta recreación que desplegó unas escaleras, mientras la esfera de la cima se también se abría y daba paso a la tenista para prender el pebetero olímpico, sin duda, el momento que todos esperaban.
La pandemia estuvo presente en muchos momentos de la ceremonia: se guardó unos segundos de silencio en homenaje a las víctimas en todo el mundo, una enfermera formó parte del grupo que entró en el estadio con una bandera gigante de Japón, el acto comenzó con una mujer corriendo por una cinta estática, se emitió un video con deportistas entrenándose en sus casas con medios precarios y una pareja de sanitarios protagonizó uno de los últimos relevos de la antorcha.
En su discurso, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, admitió que estos Juegos serán "muy diferentes a lo que todos nosotros hubiésemos podido imaginar", pero destacó que "hoy es un momento de esperanza".
"Aprovechemos el momento, porque al fin estamos todos reunidos aquí (...) Este sentimiento de unidad, es la luz al final del túnel oscuro que es esta pandemia", insistió Bach.
Los deportistas, que serán sometidos a diario a controles anticovid, desfilaron con restricciones: mascarillas, sin poder saltar ni bailar (aunque algunos no lo cumplieron), y abandonando el estadio sin poder quedarse hasta el final de la ceremonia. Y resultaba extraño el saludo de muchos deportistas... ¡a unas gradas sin público!
Apenas participaron también 5 mil 700 atletas, algo más de la mitad de los que van a competir en las próximas dos semanas.
El acto inaugural de los Juegos de la XXXII Olimpiada sirvió también para que el país anfitrión ofreciese al mundo una ejemplo de su capacidad tecnológica, como cuando decenas de drones dibujaron un globo terráqueo en el cielo tokiota.
Estado de emergencia
Los temores a que los más de 11 mil deportistas llegados de todo el mundo puedan convertirse en un foco de contagio al Covid-19 han provocado que la mayoría de los japoneses se muestren contrarios a los Juegos, según las encuestas.
Los Juegos se disputarán con Tokio en estado de emergencia, y con mil 979 nuevas infecciones el jueves, la cifra más alta desde el invierno boreal en Japón, que pese a sumar unos 15.000 muertos desde el inicio de la pandemia, ha quedado más protegido al virus que muchos otros países.
A pesar que la opinión pública japonesa se ha manifestado mayoritariamente en contra de los Juegos, según las encuestas, cientos de japoneses se acercaron a los alrededores del Estadio Olímpico para vivir el ambiente olímpico, aunque tuvieron que ver la ceremonia a través de la pantalla del teléfono móvil.
Japón gastó 15 mil 500 mdd en Juegos Olímpicos
Otra señal de la antipatía del país anfitrión por esta edición de los Juegos: varios de los principales patrocinadores de la cita, como las multinacionales Toyota, Panasonic, Fujitsu y NEC, no enviaron representantes a la ceremonia.
En la decisión de mantener los Juegos también se mezclan intereses económicos. Japón ha gastado casi 15 mil 500 millones de dólares en el evento, con un sobrecoste de 2 mil 700 millones por el aplazamiento y las medidas sanitarias implantadas.
Los organizadores japoneses no solo han tenido que enfrentarse a los problemas derivados de la pandemia, sino también a varios escándalos que han manchado su imagen, con la dimisión de cuatro de sus responsables desde febrero.
En el plano deportivo, algunas competiciones han echado ya a andar, como el fútbol y el sóftbol y este viernes en remo y tiro con arco.
Los organizadores esperan que con la aparición de las estrellas, el público japonés vaya aumentando su apoyo a los Juegos para que se conviertan en un éxito y que en el futuro solo se hable de las hazañas en la pista de atletismo, la piscina o el gimnasio.
Y los primeros campeones olímpicos no tardarán en conocerse: el sábado por la mañana se disputará la final femenina de tiro con carabina a 10 m, tras la que se entregará la primera medalla de oro de las 339 que se distribuirán en la quincena olímpica.