Tokio vivía una resaca del porte de una calabaza después dedos días de fiestas de Halloween, en los cuales los japoneses,habitualmente muy reservados, se vistieron para la ocasión condisfraces de terror pero también con máscaras de personajes comoHillary Clinton y Donald Trump.
En Japón, la industria de Halloween mueve miles de millones dedólares y se estima que en esta fiesta comercial participan cercade 20 millones de personas.
Las tiendas están decoradas con calabazas talladas y losrestaurantes ofrecían platos y bebidas en base a esta baya. Comoeste año Halloween cayó un lunes, los desfiles se celebraron elfin de semana en Tokio y Kawasaki, una localidad al sur de lacapital. Cerca de 250 mil personas asistieron a la fiesta.
Entre cerveza y cerveza se cruzaban piratas, personas vestidasde Harry Potter, de Elvis e incluso de los candidatospresidenciales estadunidense.
“Como es Halloween he venido a ofrecerle una rama de olivo aDonald”, afirmó una persona vestida con una máscara con la carade la candidata demócrata, que abraza a un doble de Donald Trump.“No está tan mal”, dijo.
Eriko Yoshino, vestida como el personaje Tweedledum de Alicia enel país de las maravillas, contó que comenzó a celebrarHalloween cuando sus niños iniciaron el preescolar.
“A los niños les encanta y es divertido usar ropa elaborada ycocinar con calabaza”, dijo, admitiendo que se conformaba conplatos para el microondas.
“Le diré por qué me metí”, afirmó un joven vestido degallo y que se identificó como Chicken Shota, un término ambiguocon una cierta connotación sexual.
“Muchos pollos son devorados en todo el mundo”, afirmó.
Mitsuo Kaneshiro, un japonés de 29 años vestido con una capade batman explicó que a la gente le encanta disfrazarse.