Hasta debajo de las piedras buscan rastros de Escobar

Redacción El Sol de México

  · miércoles 20 de enero de 2016

En la cúspide de su reinado, Escobar fue uno de los hombres más ricos del mundo, con un cártel que distribuyó la gran mayoría de la cocaína introducida a Estados Unidos.

FLORIDA, EU. (AP).- Los vestigios de la guerra contra drogas quehicieron de Miami un lugar notable por su violencia y contrabandoen la década de 1980, están siendo arrasados, y sus nuevosdueños ansiosamente han inspeccionado las ruinas en busca de losúltimos rastros del reinado de Pablo Escobar.

Hoy comenzó la demolición de una mansión de color rosa,ubicada frente al mar en Miami Beach, que fue propiedad del capocolombiano hasta que el gobierno estadunidense la incautó en 1987.Escobar falleció en un enfrentamiento con la Policía Nacional deColombia en 1993.

“Me emociona ver cómo desaparece ante nuestros ojos la casadel demonio”, dijo el nuevo dueño de la propiedad, Christian deBerdouare, quien es propietario de la cadena de comida rápidaChicken Kitchen.

“Éste fue el mayor criminal en la historia del planeta.Quisiera estar asociado con algo más optimista, pero es parte dela ciudad”, comentó.

Pese a que la mansión estaba registrada bajo el nombre deEscobar, se desconoce si pasó algún tiempo en Miami Beach.

En la cúspide de su reinado, Escobar fue uno de los hombresmás ricos del mundo, con un cártel que distribuyó la granmayoría de la cocaína introducida a Estados Unidos. Elrecientemente recapturado narcotraficante mexicano, Joaquín “ElChapo” Guzmán, siguió con la expansión de Escobar ydiversificó el negocio de la cocaína con otras drogas, incluyendometanfetaminas, heroína y marihuana.

Con casi 603 metros cuadrados (6.500 pies cuadrados,la mansión de cuatro recámaras construida en 1948 hubiera sidoun lugar modesto para el “Rey de la Cocaína”, cuya fortunaascendía a miles de millones de dólares. El vecindario rodeadopor palmeras alberga a residentes como Barry Gibb, vocalista de losBee Gees, y otras celebridades que han construido enormesresidencias detrás de los elevados muros.

La casa tiene un acceso sin restricciones a la Bahía Vizcaína,cerca de los rascacielos de la ciudad. Un antiguo vecino le dijo aDe Berdouare que recuerda haber visto a menudo lanchas rápidas quellegaban y salían a la vivienda.

También recuerda ruidosas fiestas y a un hombre de bigote queviajaba acompañado de una flota de vehículos y hombresarmados.

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