Académicos concluyen que el ideal estético de la mujer actuales muy diferente al que vivió la actriz y modelo Marilyn Monroe(ícono de la belleza en los años 50 y cuyo “suicidio”despierta aún sospechas), quien hoy sería considerada obesa,tendría sobrepeso; aseguran que vivimos en una época en la cualse ha magnificado una fantasía corporal con productos para bajarde peso.
Asimismo, señalan que la evolución de la posmodernidadpareciera haber hecho que la mujer quiera quitar las huellas de lafeminidad de su cuerpo, “ahora mucho más delgado; en tanto quesu rostro se vuelve más anónimo, neutro, andrógino”.
La doctora Alicia Parra Carriedo, coordinadora de la Clínica deNutrición de la Universidad Iberoamericana (UI), asegura queMarilyn –amante también de famosos como el tristemente célebrepresidente John F. Kennedy-, sería considerada obesa.
La especialista comenta que borrar el rastro de feminidad con ladelgadez, es decir, quitar las caderas y senos redondos, tiene enellas que ver con un discurso de autocontrol, de poder y de éxito,en un proyecto gerencial de construir su cuerpo.
El cuerpo delgado se ha interiorizado como un ideal que tieneunos costos muy fuertes a nivel humano y social al generar estigmay discriminación hacia las personas con sobrepeso y obesidad.
Y alienta mucho, da un terreno muy fértil, a los trastornos dela conducta alimentaria y a conductas alimentarias de riesgo y auna insatisfacción continua, perpetua, que además alienta elcampo comercial de todo tipo de productos del mercado deladelgazamiento.
La especialista explicó que los “ideales estéticos”construidos en los últimos 30 años los cuerpos femeninos se hanhecho más delgados, cuando en la época de Monroe el discurso eradiferente: la figura femenina era más voluptuosa y sinuosa yresaltaba las características femeninas.
El ideal de delgadez tiene que ver con un discurso de la mujerde salir de las “prisiones domiciliarias” y los “rolesmaternos” que la confinaban al hogar y a las labores familiares yla alejaban de la movilidad social y laboral.
Si bien en el siglo XX hubo grandes triunfos para la mujer, conla revolución feminista, los anticonceptivos, el derecho al voto,lo pierde al confinarse a ese ideal estético de delgadez,puntualizó.
Tal hecho recompone el orden social al confinar a la mujer otravez al papel secundario que tiene en la sociedad, de acuerdo con elsociólogo francés Gilles Lipovetsky, dijo la académica.
Ese fue el tema de su participación en la mesa de reflexióndenominada: “Más sanos, más felices”, llevada a cabo en la7ª Expo ARU 2016. Comprometidos con la realidad social.