Con la temporada de lluvias encima, muchos mexicanos nos mantenemos atentos sobre cómo estará el clima en la semana; sin embargo, leemos los reportes y no terminamos de entender qué significa cada término.

Términos como lluvias puntuales o chubascos son conocidos pero quedan al aire cuando intentamos entender su significado.

Por tanto, te contamos cuáles son las diferencias entre estos términos para que así puedas identificarlos.

Diferencias entre chubasco, lluvias puntuales y llovizna

Chubasco: La Comisión Nacional del Agua lo define como una precipitación, intensa y de corta duración, producto de nubes convectivas. Se caracterizan por un comienzo y un final brusco y va acompañada de lluvias puntuales.

Lluvias puntuales: Según el Sistema Meteorológico Nacional (SMN), son aquellas en las que las precipitaciones cubren una área de entre cinco y 10 kilómetros de diámetro, además va acompañada de descargas eléctricas, vientos intensos y, en ocasiones, granizo.

Llovizna: Precipitación uniforme constituida por minúsculas gotas de agua, menores a los 0.5 mm de diámetro. Da la impresión de que las gotas flotan y no caen. La llovizna cae de una capa densa de estratos. Es lo que conocemos como “chispear”.

Hay que tener en cuenta que la lluvia se mide con un pluviógrafo y este registra la cantidad de lluvia que se precipita cada cierto tiempo, lo cual se conoce como “intensidad de la precipitación” (altura de precipitación por unidad de tiempo). Sus unidades son mm/ h, mm/día, etc.

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Además, las fuertes lluvias pueden llegar a generar inundaciones, que el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) define como aquel evento que debido a la precipitación, oleaje, marea de tormenta, o falla de alguna estructura hidráulica provoca un incremento en el nivel de la superficie libre del agua de los ríos o el mar mismo, generando invasión o penetración de agua en sitios donde usualmente no la hay y, generalmente, daños en la población, agricultura, ganadería e infraestructura.